Nos encontramos en tiempos de muerte y destrucción, crisis y pobredumbre, en los que estamos gobernados por la mano europea de Merkel, los
Pues bien, con estas benévolas circunstancias de las que
todos y cada uno de nosotros estamos disfrutando (mentando a Yahvé, Alá y a todos
los dioses habidos y por haber cada vez que somos conscientes del desastre en el que vivimos) me dispongo a hablar del cine, y más
concretamente, de la lamentable evolución que ha tenido a lo largo de los
últimos años el precio de las entradas como consecuencia de la
crisis, la incompetencia, y la
enorme caradura de las grandes industrias cinematográficas. Aunque como en todo
en la vida, siempre hay honrosas excepciones que son dignas de loas y/o
alabanzas varias. Pero como nuestro querido Jack el Destripador solía decir,
vayamos por partes.
Si ponemos las cartas encima de la mesa, vemos que la subida ha sido una fatídica. Hay un porcentaje de la gente que directamente no paga por ir al cine, ni con subida ni sin subida, bien porque no pueden permitírselo, o porque prefieren gastarlo en otra cosa. Obviando a este sector de la población, con la entrada en juego de internet y de su amplio abanico de posibilidades tanto de ver como de descargar películas, se produjo una lógica bajada del número de espectadores que acudían a las salas, a lo que las empresas propietarias de los cines respondieron con una subida tremenda del precio de las entradas para compensar gastos, es decir: si viene menos gente, por lo menos los que siguen viniendo que paguen más. Con ésto no sólo se redujo nuevamente el número de espectadores, sino que aumentó sobremanera el número de espectadores que acudía prácticamente a grandes estrenos y poco más.Ésto ha llevado a una cierta marginación de las películas menos comerciales, en general desconocidas por el espectador medio. Asistimos a un efecto dominó en el que vemos como este último tipo de cine, el que no precisa de efectos especiales espectaculares, ni tiros, ni bombas, ni envoltorios mágicos, aquel cine que aboga más por contar una buena historia, ha visto su ya de por sí poca repercusión pisoteada y ninguneada. Con esto me refiero a que las grandes producciones o "taquillazos" suelen aguantar por lo menos un mes en las salas, y estas películas menos comerciales en algunos casos aguantan una semana con buen horario e inmediatamente y a la semana siguiente sólo con un pase al día, mutilando la posibilidad de que acuda más gente.
Pues si a este panorama, ya de por sí un tanto desolador, le añades que de repente al gobierno no se le ocurre otra cosa que subir el IVA en cultura nada más y nada menos que 13 puntos porcentuales, se puede mascar la tragedia con incisivos de tiburón blanco, porque esta medida sí que es el hachazo cuasi definitivo que se podía llevar el cine, pues si llevas subiendo el precio de la entrada poco a poco durante unos años, porque te está dejando de venir gente, ahora con una subida directa de unos setenta céntimos de euro aproximadamente, no va a ir ni la madre del director a ver una película.
En medio de este desastre de Annual, donde lo esperpéntico y los caballeros que dicen ni se unen para joderizarnos a espectadores por un lado y cineastas por otro, aparecen unos cuantos ejemplos quijotescos , que en valiente cruzada se enfrentan a la realidad derrocando a gigantes, molinos y lo que se ponga por delante. Se trata de dos películas bastante recientes, que paso a comentar a continuación.
Si ponemos las cartas encima de la mesa, vemos que la subida ha sido una fatídica. Hay un porcentaje de la gente que directamente no paga por ir al cine, ni con subida ni sin subida, bien porque no pueden permitírselo, o porque prefieren gastarlo en otra cosa. Obviando a este sector de la población, con la entrada en juego de internet y de su amplio abanico de posibilidades tanto de ver como de descargar películas, se produjo una lógica bajada del número de espectadores que acudían a las salas, a lo que las empresas propietarias de los cines respondieron con una subida tremenda del precio de las entradas para compensar gastos, es decir: si viene menos gente, por lo menos los que siguen viniendo que paguen más. Con ésto no sólo se redujo nuevamente el número de espectadores, sino que aumentó sobremanera el número de espectadores que acudía prácticamente a grandes estrenos y poco más.Ésto ha llevado a una cierta marginación de las películas menos comerciales, en general desconocidas por el espectador medio. Asistimos a un efecto dominó en el que vemos como este último tipo de cine, el que no precisa de efectos especiales espectaculares, ni tiros, ni bombas, ni envoltorios mágicos, aquel cine que aboga más por contar una buena historia, ha visto su ya de por sí poca repercusión pisoteada y ninguneada. Con esto me refiero a que las grandes producciones o "taquillazos" suelen aguantar por lo menos un mes en las salas, y estas películas menos comerciales en algunos casos aguantan una semana con buen horario e inmediatamente y a la semana siguiente sólo con un pase al día, mutilando la posibilidad de que acuda más gente.
Pues si a este panorama, ya de por sí un tanto desolador, le añades que de repente al gobierno no se le ocurre otra cosa que subir el IVA en cultura nada más y nada menos que 13 puntos porcentuales, se puede mascar la tragedia con incisivos de tiburón blanco, porque esta medida sí que es el hachazo cuasi definitivo que se podía llevar el cine, pues si llevas subiendo el precio de la entrada poco a poco durante unos años, porque te está dejando de venir gente, ahora con una subida directa de unos setenta céntimos de euro aproximadamente, no va a ir ni la madre del director a ver una película.
En medio de este desastre de Annual, donde lo esperpéntico y los caballeros que dicen ni se unen para joderizarnos a espectadores por un lado y cineastas por otro, aparecen unos cuantos ejemplos quijotescos , que en valiente cruzada se enfrentan a la realidad derrocando a gigantes, molinos y lo que se ponga por delante. Se trata de dos películas bastante recientes, que paso a comentar a continuación.
Carmina o Revienta
El actor Paco León, archiconocido por su papel de Luisma en la serie Aída, se pone detrás de las cámaras para contarnos en formato de falso documental, una suerte entre ficción y realidad de su familia, mostrando la España más profunda con ciertos toques de humor negro.
Paco León , al no recibir subvención alguna, tenía margen de maniobra para sacar la película al mercado como quisiera, así que decidió estrenarla a la vez en las salas, en internet y en tiendas. El doble filo que ésto trajo consigo fue el bajo precio que le puso a la película para su visionado en internet: 2 euros. Ésto por un lado ha hecho que la película haya llegado a ser rentable, superando ya en su primera semana los costes de producción, pero también trajo consigo una bajísima distribución por los cines de España, llegándose a estrenar tan sólo en 20 salas en todo el país, pues obviamente la gente pudiendo ver algo en su casa y por menos de un tercio de lo que vale el cine, no va a ir a una sala a verlo. Lo que por lo menos queda claro es que distribuyendo la película por internet y a bajo precio ha conseguido una mayor difusión que si se hubiese limitado a estrenarla en cines, y que otro tipo de negocio más asumible para los bolsillos de los espectadoreses posible, pero claro, la prioridad en este caso ha sido difundir la película, enfocándola no solamente como negocio, y claro, eso las grandes productoras, con su particular ansia de destripar el bolsillo ajeno, no lo pueden permitir ni lo van a apoyar.
El mundo es nuestro
Es otro intento de hacer un cine por y para la cultura, mirando después lo económico. Dirigida e interpretada en sus papeles protagonistas por "Los Compadres" (los sevillanos Alfonso Sánchez y Alberto López), conocidos anteriormente por los cortometrajes "Esto es así" y "Esto no es lo que era", en los que critican de una forma ingeniosa la crisis, la política y la actualidad en general en tono de conversaciones de colegas.
Los creadores trasladan esa misma idea a la película: dos tíos de barrio que mantienen conversaciones al más puro estilo español deciden atracar un banco y fugarse con el dinero a Brasil. El atraco se convierte por supuesto en un despropósito, y se ven obligados a coger rehenes para poder escapar. La típica historia, pero ambientada en la Semana Santa sevillana, y tratando de forma directa la actualidad de nuestro país.
Pero el mayor acierto de la película fue su forma de comercializarla: cine a 2 euros con una campaña que llamaron 'Los lunes al cine', así como cine gratis para los parados. La promoción produjo una respuesta inmediata, llenando las salas de Sevilla donde se ofrecía la película bajo estas condiciones durante 12 semanas consecutivas, lo cual es, con los tiempos que corren algo que es imposible de ver, ni siquiera con las grandes producciones. Según palabras directas de su de su creador, Alfonso Sánchez: "nosotros no somos de la ceja ni nada, pero estamos muy concienciados contra la subida del IVA para los cines y contra la forma en que se está atentando contra la cultura en este país, tanto desde la izquierda como desde la derecha. Y creíamos que había que hacer algo que nos reconciliara con los espectadores porque pensamos, además, que con esta crisis tan gorda la cultura es más necesaria que nunca. Por eso fue lo de ir al cine por 2 euros". Básicamente, la cultura por bandera para salir de la crisis.
Películas hispánicas aparte, tenemos muchos sitios para acudir a ver cine que, aunque no sean de estreno necesariamente, sí que proporcionan unos precios más económicos. Se trata de filmotecas, cines que basan su cartelera en la reposición por precios bastante económicos o simplemente eventos cinematográficos que puedan realizar tiendas, centros comerciales o culturales. Podéis ver haciendo click aquí una página que se ocupa de informar de estos eventos y promociones en diferentes ciudades españolas
Como último apunte, éste en concreto más personal, quiero transmitir que las películas se deberían ver todas en el cine, algo que lógicamente no se puede llevar a la práctica, pero es sin duda donde mejor se oyen, mejor se ven y donde más se conecta con lo que estás viendo en pantalla. El cine nos permite empaparnos de grandes historias que nos pueden hacer reír, llorar, disfrutar, sufrir o simplemente descubrir pequeñas historias que nos hagan pasar el rato y a cambio sólo tenemos que sentarnos el tiempo que dure la película, se nos da todo hecho. Espero que con la información que he dado más de uno se plantee, aunque sea por una vez en su vida, gastarse un par de euros en una filmoteca o donde quiera que proyecten cine barato, es algo que nunca va a ser tiempo perdido, sino cultura ganada. Llegados a este punto he de decir que podría seguir parloteando sobre la aportación de las salas de cine al ocio de las personas humanas, del polémico tema de la doma de hormigas rojas en Tailandia, o del currículum necesario para dispensar aperitivos imperialistas en el coliseo de Jerusalén en el anno I d.C.
Pero eso es otra historia.
Fuentes:
http://www.adslzone.net/article9017-paco-leon-asegura-que-carmina-o-revienta-ha-hecho-mas-contra-la-pirateria-que-la-ley-sinde.html
http://abcdesevilla.es/20120923/cultura-cine/sevi-entrevista-alfonso-sanchez-201209222007.html
http://www.vozpopuli.com/impresion/13497-las-salas-de-cine-despues-del-aumento-del-iva-cerrar-o-reinventarse
Lo que me parece flipante es que haya gente que se gaste diez euros en ver una basura como "Ted" o "Los Mercenarios 2".
ResponderEliminarJoder, si es que a día de hoy, las series superan al cine.
Hombre, 'Los Mercenarios 2' la he visto yo y te digo que de basura nada, es otro tipo de cine más comercial, está claro, pero se juntan todos lo héroes de acción riéndose de sí mismos.
ResponderEliminarEl problema no está en que la gente vaya a ver ese tipo de cine, más bien es la gente que sólo va a ver ese tipo de películas, porque las que no son de Hollywood quedan relegadas al olvido y a salas minoritarias.
Y respecto de que las series superen al cine depende de qué tipo de series, porque hay por ahí cada una... Pero sí que es verdad que el potencial que tienen es cada vez mayor, algún día haré una comparativa sobre ese tema, que es muy interesante.
Grazie mile por contestar
Lo malo de todo es que aún no quieren darse cuenta (o no les da la gana) de ver que la gente iría mucho más al cine si hicieran ofertas, pusieran las entradas más baratas u ofrecieran ver la película en Versión Original. La solución siempre es subir el precio. Una medida muy inteligente, sí señor.
ResponderEliminarYo creo que básicamente no les da la gana, no les interesa llenar salas a precios bajos. Eso que dices de las ofertas, entradas baratas y versión original es cosa, fundamentalmente, de filmotecas. Muy extraño en un cine de los de toda la vida, aunque hay excepciones que confirman la regla.
EliminarMe has tocado la fibra con esta entrada. Como buen afanado que soy, el sueño de mi vida es ser el propietario de un cine, pues he mamado ese vicio tan sano desde bien pequeño. ¿Que cómo se me ocurre plantearme semejante despropósito con la que está cayendo? Pues yavestruz, pero es lo que hay. Y desde luego no han sido pocas las veces que me he rayado pensando en la sitación actual de las salas de cine. Es sorprendente cómo la gente se pega por ver bodrios como Battleship, y luego ver las 13 salas restantes prácticament vacías. En Murcia concretamente la cosa está cada vez peor. Que sí, que El Tiro es un pedazo de cine que flipas, con una calidad de imagen y sonido bárbara, pero creo de verdad que se pierde un poco bastante la esencia del cine... aunque es cierto que los tiempos cambian.
ResponderEliminarY sí, todos nos bajamos películas. Pero 100% de acuerdo: el mejor sitio para ver películas es el cine, con muchísima diferencia.
Gran entrada, llena de razón y de gilichorradas.
Dioooos te voy a tener que copiar y pegar la respuesta pa cascarte un artículo propio xd Es triste que esto esté pasando en España. Obviamente en las grandes ciudades es más difícil que cierre un cine, pero en Murcia hay uno que está sentenciado:Centrofama
ResponderEliminarNo te olvides del Zig-Zag, el cual empezó como multicine y han reducido a las dos salas de arriba, que por cierto están en un estado bastante deplorable.
EliminarOtro tema que no has tocado es el de los precios de las copias en dvd o blu-ray que suelen rondar los 20 o 30 euros. Eso si es un robo a mano armada. La tecnologia evoluciona pero el mercado se niega a hacerlo. Aunque la mejor forma de ver cine sea en una sala, hay mil maneras de ver una pelicula y pienso que no esta todo lo explotado que podria estar, y que las posibilidades "legales" que existen son demasiado caras, como por ejemplo el videoclub de Ono que te sajan 4 pavos por la ultima peli de Robert Pattinson o los ya nombrados deuvedeses.
ResponderEliminarHijos de puta.