Comienza
Mente Enjambre, un blog en el que, he de decirlo, será el primero en el que
escriba, así que espero que quien se digne a leer esto tenga piedad de un
servidor y no lo machaque por sus posibles desvaríos narrativos o por sus
escritos defectuosos. Mi idea aquí será contar aspectos cinematográficos
interesantes y que no sean conocidos por todo hijo de vecino, amén de
introducir nuevos directores, actores o corrientes cinematográficas que vaya
descubriendo y que puedan ser interesantes para el lector. Así que sin más
dilación me embarco en esta aventura, que esperemos nos proporcione a todos unos eróticos y
fructíferos resultados.
Para
ésta, mi primera entrada, me he decidido por una película conocida
por la mayoría de la gente, Braveheart, para desgranar un poquillo y a grandes
rasgos algunos de los que más que fallos, yo diría que son engaños históricos a los que somos sometidos por el señor Mel Gibson.
Quien lea esto y piense inmediatamente que esa
película le gustó, le encantó, le chifló y demás que sepa que yo
soy el primero al que le plació, aquí simplemente voy a analizar hechos
históricos que, o bien directamente no ocurrieron, o bien son directamente
absurdos e improbables.
[Atención, esta entrada contiene SPOILER]
Cojamos pues el bisturí. La película, para quien no lo sepa, nos sitúa en la Escocia del siglo
XIII, concretamente en el año 1295. Escocia no tiene rey propio, está bajo los dominios del rey inglés, el
malvado Eduardo I, conocido como Longshanks (zanquilargo), quien gobierna con mano de hierro el feudo escocés. Mientras
tanto, tenemos al joven e impetuoso William Wallace interpretado por Mel Gibson,
que regresa de un largo periplo por Europa aprendiendo a leer, escribir,
estudiando idiomas y el uso de las armas, gracias a su tío, tras haber
sufrido en su infancia la muerte de su padre durante una revuelta contra
los ingleses. Cuando vuelve se
enamora de una joven, con la que se casa en secreto para que el noble
local no
haga uso del recién reinstaurado Derecho de Pernada o Prima Note (derecho del señor feudal a
tomar a la mujer de un siervo la noche de bodas), pero poco más tarde un
soldado inglés intenta violarla. Wallace la salva en el momento, pero cuando
intentan escapar ella queda atrás y es apresada y rápidamente ejecutada por el alguacil de la zona
para dar ejemplo al resto del pueblo de que no hay que levantar la mano contra la
autoridad inglesa. Cuando Wallace se entera regresa y liquida a la guarnición
inglesa con ayuda de unos cuantos camaradas escoceses, y así, por amor, lidera
una rebelión por la independencia de Escocia, llegando casi a conseguirla.
Pasemos
a ciertas partes que están tratadas, digamos, con poco acierto. El principal
rival de Wallace en la película es el rey inglés, Eduardo I . Mientras que Wallace es un
hombre con odio hacia todo lo inglés motivado por la muerte de su esposa y la desgracia de su
familia, se nos presenta un rey inglés cuya única motivación es ver Escocia en
ruinas y arrasada por los ejércitos ingleses, e incluso reinstaura el Derecho de
Pernada sólo para hacer enfadar a la prometida de su hijo, lo cual es sencillamente
demencial. Sin duda Eduardo era un curtido líder en batalla y un temible
adversario para sus enemigos, pero en la película simplemente se reduce al
prototipo de villano malo malísimo. Nada más lejos de la realidad, pues Eduardo
fue el rey que creó el Parlamento Modelo, base del futuro
Parlamento durante la Edad Moderna en Inglaterra.
Si
ridículo es el tratamiento que se le hace a este personaje, peor es lo de su
hijo Eduardo, que posteriormente será conocido como Eduardo II. En la película se nos presenta como un afeminado príncipe inglés que es incapaz de coger una espada y que
tiene un amante reconocido. Las conversaciones que mantienen padre e hijo
parecen directamente sacadas de aquellas míticas escenas de los Monty Python de "Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores" (1975) transcurridas en el castillo del pantano.
Eduardo, Príncipe de Gales y heredero al trono. |
En primer lugar analizamos la batalla de Stirling.
Año 1297. Esta batalla tuvo
lugar, realmente, en un puente, donde las tropas escocesas se situaron
con férrea determinación, y los
ingleses no pudieron hacer uso de la caballería con efectividad, poque
solamente cabían dos caballos a lo ancho del puente y la superioridad de
la caballería fue
neutralizada. En la película la batalla se reduce a dos ejércitos, el
uno
frente al otro. Los ingleses disparan dos veces con unos arqueros
ridículos y
los escoceses se dedican a mostrarles el culo y los genitales para
burlarse. El
comandante inglés manda a la caballería, pero Wallace y compañía tienen unas
picas de dos metros que les sirven para acabar con toda la caballería inglesa. Por último, chocan las
dos infanterías enfrentándose en una cruenta batalla. Todo esto está muy pero
que muy alejado de la realidad, porque los escoceses no podían superar a la
caballería en campo abierto, era algo absurdo en la Edad Media y
fue el puente
lo que les dio la ventaja estratégica, además de que ésta fue una
aplastante derrota para los ingleses, no estuvo ni mucho menos tan
igualada como se muestra en la película.
Aquí podéis ver un vídeo de la batalla que se muestra en la película, al completo.
Aquí podéis ver un vídeo de la batalla que se muestra en la película, al completo.
Vamos ahora con la batalla de Falkirk. Año 1298. Las tropas de Wallace, que se encontraban saqueando el norte de Inglaterra (en la realidad Newcastle, en la película York, vete tú a saber en qúe estaría pensando el señor Gibson, a lo mejor tiene intolerancia al jamón originario de dicha localidad y quería verla hecha cenizas) se ven obligadas a regresar a casa para defender sus tierras. Eduardo Longshanks ha desembarcado con un ejército de irlandeses, galeses y con una gran fuerza de caballería y arqueros dispuesto a poner fin al conflicto de una vez por todas. En la película los escoceses al principio de la batalla se unen a los irlandeses de Longshanks inexplicablemente, algo que nunca ocurrió. Es demencial que una unidad vaya a cargar contra otra y de repente se fundan en abrazos y vítores. En la realidad los escoceses quemaron parte del terreno como en la película dispersando al ejército de Longshanks, y los escoceses se dispusieron en formaciones de skiltron o erizo, cuadros defensivos provistos de lanceros con escudos y arqueros en el interior para resistir cargas de caballería con eficacia. Al principio fue un éxito pues la caballería inglesa no podía penetrar por los muros de escudos dispuestos por Wallace, hasta que Longshanks mandó a la caballería cesar en sus bravucones empeños de cargar una y otra vez. Fue entonces cuando entraron en acción los arqueros que realizaron una auténtica carnicería entre las filas escocesas, terminando así la batalla para los escoceses.. Ésta sería la primera de las muchas victorias que darían los arqueros largos a la Corona inglesa durante los siglos XIII, XIV y XV. En la película todo esto se ve muy distorsionado, ya que aparte de que la caballería directamente no interviene, Longshanks ordena a sur arqueros disparar en plena refriega entre las infanterías alcanzando incluso a sus propias tropas.Obviamente el señor Gibson hace ésto para que contemplemos atónitos lo cruel que puede ser ese condenado rey inglés. Asistimos así a otra patada a los ya maltrechos libros de Historia.
Arqueros ingleses en Falkirk |
Batalla de Falkirk |
A continuación podéis enlazar con un vídeo de la batallica:
Después
de esta batalla parecía que Longshanks doblegaría por fin a los escoceses, pero
éstos, todavía liderados por Wallace, sometieron a los ejércitos ingleses a una
guerra de guerrillas, es decir, emboscadas, asaltos a pequeñas guarniciones, asesinatos
selectivos, etc para entorpecer las líneas de abastecimiento inglesas y
retrasar los avances. Todo ésto, según la película, lo hace Wallace gracias a
la colaboración de la prometida del príncipe inglés Eduardo, una princesa francesa que
impresionada al conocer a Wallace en persona y ver que no es ningún salvaje de
las montañas, sino un refinado caballero que sabe como tratar a una dama, se
enamora de él. Entonces William Wallace, que se había rebelado exclusivamente por la
muerte de su amada, de repente y por arte de magia, se olvida de todo y se
enamora de la princesa franchute. El colmo ya no es eso, sino que cerca del final, con Longshanks agonizando, la muchacha francesa le dice que el hijo que lleva en su vientre es hijo de Wallace. Vamos, que ahora resulta que Eduardo III, el rey inglés que conquistó el norte de Francia iniciando el conflicto de la conocida Guerra de los Cien Años, es un bastardo escocés. El colmo, vamos. Aquí es cuando uno no sabe si en ciertas películas se
mete el amor por las malas, con calzador y todo o si directamente el guionista
prueba con frecuencia cierto tipo de sustancias que le hacen tener el
juicio nublado toda su vida para tener el valor de escribir semejante sarta de
disparates.
En
fin,
volviendo a las guerrilas, la cosa fue bien hasta que los propios
hombres de
Wallace lo entregaron a cambio de la enorme recompensa que había por su
cabeza. Los ingleses lo desmembraron en varias partes y las mandaron a
varias partes de Inglaterra para dar ejemplo.
Así quedó aparentemente sepultada la causa escocesa, hasta que en 1314,
en los
campos de Bannockbourn, el noble escocés Robert Bruce se rebeló contra el
ejército inglés dirigido por el ya rey Eduardo II, hijo de Longshanks y le propinó una gran derrota en campo abierto en Bannockbourn
alcanzando así Escocia la independencia total, por lo menos durante unos decenas de años.
Batalla de Bannockbourn |
Así que,
a fin de cuentas, Braveheart, aún con una buena ambientación de
las batallas y
de la crudeza de las mismas, demuestra lo que ocurre con todas las
películas
made in Hollywood, busca confrontar a buenos y malos y acaba por
descuidar
ciertos aspectos indispensables para dotar de un cierto rigor histórico
al
film. Repito que sólo hablo de términos históricos, no si como película
es
buena o mala, por lo que a los que os encante, sólo os pido que me
odiéis lo
justo. A los que hayáis llegado leyendo hasta aquí y ya os estén
sangrando los ojos, haréis bien en odiarme. Podría seguir hablando de la
relación que ha habido en cuanto a independentismo entre Inglaterra y Escocia a lo largo de la Historia, su anexión definitiva, el Reino Unido, las muchas rebeliones que ha habido aparte de las aquí relatadas o incluso de la situación actual.
Pero eso
es otra historia
Le felicito por su facilidad de palabra! Jaja no en serio, gran post, la verdad es que es de agradecer que se señalen las locuras históricas que se cometen con algunas películas, y de paso se aprende algo. Mis felicitaciones!!
ResponderEliminarPD: he echado en falta alguna referencia al Age of Empires II y su campaña de William Wallace, fuente de muchas risas y jolgorio XD
Como referencia al Age of Empires II he puesto el título del post, eso sí, nunca olvidaremos la empalizada de Stirling ni las costas de Falkirk xD.
EliminarMuchas gracias por comentar!
Como apunte sobre las escenas de batallas, creo recordar que era bien cosa de Gibson o de la época el gusto excesivo por los planos tan cercanos, resultando las contiendas en un desfile de piruetas increíbles y casquería. Así se pierde una visión general del enfrentamiento y se obtiene la sensación de que más que a una batalla se asiste a una pelea de "saloon", pero bueno... la épica lo contrarresta.
ResponderEliminarEdificante y espléndida entrada, don Rafael.
Yo creo que más que gusto es por el coste de hacer planos generales, que no olvidemos que en esa época no existían los efectos especiales de ahora y cuando ponías dos ejércitos el uno frente a otro tenías que tener por lo menos mil extras por cada lado, y eso es un follón. Pero estoy de acuerdo, se excede en el desfile de estocadas y hachazos sobre pectorales ingleses, da la sensación de que sólo mueren escoceses cuando les llueven flechas xD
EliminarA miles de arqueros ingleses les gusta este artículo*
ResponderEliminarMaravilloso, espectacular, me he emocionao al verlo
ResponderEliminarMe alegro, don APM
EliminarAl final va a molar la mente enjambre esta y todo. Más como ésta, por favor.
ResponderEliminarGenial, me gustarían más análisis exhaustivos de las películas como este.
ResponderEliminarEdd
A su tiempo todo llegará. Muchas gracias, Edd, me alegro que te haya gustado.
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