domingo, 27 de enero de 2013

Conciertos en cárceles: Johnny Cash, B.B. King y más


Los atezados tienen el blues, los níveos el country. Pero, ¿qué tienen los blancos que matan y roban y los negros que roban y matan? Ellos tienen a Johnny Cash y a B.B. King.

El yerno de la familia Carter luce su sombrío atuendo por el que es llamado, "the man in black", canta a las realidades y bajezas, siempre con ironía y se arrima a los malditos. Esto le valió para derribar los muros de la cárcel de Folsom a golpe de boom-chick-a-boom por el cual se hizo tan famoso. A decir verdad las autoridades estatales no debían conocer muy bien las intenciones de Cash puesto que allí se plantó, delante de una caterva de transgresores de la ley a cagarse en la dichosa institución. Y es que con sorna, Cash hace gritar a los galeotes con igual rabia que júbilo; pues por fin alguien alza la voz espetando: << espero que te pudras y ardas en el infierno, que tus muros se derriben y yo viva para contarlo >> para acabar con << que el mundo olvide que exististe y que sepan que no viviste para hacer el bien>>. No, los responsables no tenían ni idea de qué iba a hacer Johnny Cash, pues si supieran que evidenciaría la futilidad de una cárcel a la que apropia de conductas indebidas contra prisioneros que de su favor solo sacarán rencor e ira homicida, no le hubieran dejado entrar a machacar aquel vaso de agua que le tiende un funcionario de prisiones. Aunque no todo es crítica al sistema penitenciario, también introduce un sutil mensaje didáctico. Pero Cash es demasiado listo como para intentar adoctrinar psicópatas, y cree suficiente aliarse con el delincuente y poner en su boca palabras inteligentes, atribuyéndole un saber que nada más que la experiencia da, que es suyo propio y de nadie más "voy a salir siendo un hombre más prudente, señor congresista, usted no lo puede entender".


Estos mensajes los repitió por dos veces, primero en "Folsom prison (1968)" y un año más tarde en "San Quentin prison (1969). Desde que Cash escribiera en 1955 la canción Folsom prison blues, quiso hacer un concierto allí. En el disco At Folsom prison se incluye una canción escrita por un presidiario de dicha cárcel. Esta es Greystone Chapel y habla sobre la redención que concede Dios a los hombres descarriados y libres, y reza porque en la capilla de Folsom se dé de igual forma. Como curiosidad hay que decir que los prisioneros respetaban tanto la música de Cash que a penas enmuderecieron su música, por lo que para dar la chispa necesaria al espectáculo, los productores incluyeron gritos y murmullos en la postproducción del disco. Desgraciadamente del primero no hay pruebas audiovisuales así que os dejo con las de San Quentin:




<< A boy named Sue >>



Por su parte B.B. King también quiso hacer lo propio en la cárcel de Illinois, Cook County Jail, tan solo 3 años más tarde. Dejaba este directo en los que grandes artistas participaron. Cook County Jail era conocida como la cárcel más caótica y peligrosa del panorama estadounidense. Es por ello que el hecho de que "el rey del blues" esgrimiera a su Lucille entre esas paredes, fuera algo más que un simple concierto. Los guardias de ese infierno hecho prisión eran llamados "barn bosses" (jefes del granero) los cuales tenían una banda de secuaces que mantenían el orden a base de culatazos y marcas de nudillos en las más receptivas zonas del cuerpo humano. 
El día del concierto vino cuando la dirección de esta prisión cambió de manos a las de un psicólogo que quiso deshacerse del maltrato consuetudinario e intercambiarlo por otras formas más amables de reconducción de conducta, tales como la actuación del referente por excelencia del blues. A todos los reclusos se les permitió ver el concierto, tanto mujeres como hombres y sus diferentes situaciones legales; excepto a los condenados a muerte, que recluídos en sus celdas pudieron escuchar el concierto a través de las ventanas ligeramente subidas. Hubieron muchos intentos de fuga pero la seguridad era demasiado alta. Las mujeres besaban la mano de BB King, y él no dudó en entablar conversaciones con los presos e incluso dejar algún consejo a las reclusas.

En la introducción, una nerviosa locutora presenta a los directivos mientras la banda esta tocando. Estos reciben una bienvenida en forma de abucheos hasta que llega el rey. Después tenemos el famosísimo tema The thrill is gone:





Por último toca hacer mención a los que también han intentado hacer algo parecido, pero muy lejos de la grandeza de estos dos artistas. Entre ellos cuentan Rosendo, que actuó en una cárcel de Carabanchel ya abandonada, dando a luz así a su primer disco en directo. Aquella obra titánica construída por el regimen franquista para encerrar y maltratar a los antagonistas del régimen. Todos los delicuentes segregados eso sí, teniendo una sección exclusiva para homosexuales que llamaban con gracia "el palomar". Sufrió mil y un motines y por aquel entonces no se motivaba al vulgo con conciertos de artistas afamados, se hacía con pequeñas corridas de toros, que no se diga. Esta cárcel sirvió de redención a los libidinosos hasta 1999 y antes de ser pasto de chatarreros, graffiteros y vagabundos, Rosendo lo convirtió en un particular escenario de conciertos, aquel hogar de hasta entonces amigos suyos del barrio y dados a la mala vida.


Por su parte, y volviendo al principio, los reyes del riff de 40 minutos, Metallica, hicieron la versión light de "At San Quentin prison". Ellos no llegaron al punto de plantarse frente a los reclusos como Johnny Cash, además de no tener mensajes que ofrecerles. Decidieron grabar pues un videoclip en dicha cárcel, eso sí, contando con unas maravillosas medidas de seguridad. Nada indigno para esta banda.

Asimismo, y aunque no tan sonados, en latinoamerica se suelen llevar a cabo muchos conciertos de este tipo. Otros artistas también lo han intentado como Ariel Rot y Pereza. En mi opinión, no sé hasta que punto eso puede llegar a ser bueno para un preso. Seguramente tomaron la decisión meridiana de aunar las técnicas de los jefes del granero y de su nuevo director psicólogo: maltrato musical.





¿Pero cual es la música que primigeniamente surgió en las cárceles? Quizá sea algo como esto.




Por Conde Chócula (Aresti)

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