Siendo muy posible que el Ragnarök llegue por fin a nuestro mundo, que nos tengamos que meter a sopapo limpio entre gigantes, dioses nórdicos, serpientes del fin del mundo, primas de riesgo y la acción de los mercados, quiero empezar el año destacando los principales procesos internacionales que se van a cocer fuera de nuestras fronteras y a los que quizás sea una buena idea echarles un vistazo. Las instituciones europeas, el conflicto libio, el mandato de Barack Obama y Latinoamérica; toda esa pesca.
Las instituciones europeas.
Sorpresa para todos: la Unión Europea seguirá estando en crisis. Pero dejando a parte esta manida y desoladora frase, la situación no pinta tan mal para los Estados Miembros. Para empezar, una obviedad que no ha dejado de sorprender a los más pesimistas, la Unión Europa no se ha ido a freír espárragos. A pesar de que la gestión de la crisis ha dejado mucho que desear y que con cada mes que pasa los países europeos están más en el fango, la Unión Europea no se termina de hundir y, aunque de manera imperfecta, es de esperar que siga habilitando mecanismos para intentar cohesionar y solucionar sus graves problemas internos.
- El Banco Central Europeo y los Gobiernos de la Unión Europea, seguirán organizando toda una batería de reuniones tan lentas e ineficientes como sucesivas, con la idea de constituir por fin la unión bancaria europea, lo que implicará que los Bancos Centrales de cada país miembro entreguen su poder de supervisión a un único organismo europeo. Es posible que este año seamos testigos de su creación (para unión presupuestaria tendremos que esperar todavía un poco... 345634 años, seguramente).
- Croacia entrará en la Unión Europea. Si, hay gente que quiere entrar donde estamos nosotros, mirad por donde. Otra prueba más de que la apuesta por el modelo europeo puede ser una vía correcta hacia el crecimiento y la estabilidad.
En medio de estos dos procesos Europa tendrá que lidiar con dos elecciones de importante calado: las italianas y las alemanas. Mientras que el cambio político respecto a Europa en Alemania no parece probable, dado que todos los partidos con posibilidad de acceder al gobierno apuestan por la supervivencia del euro (donde divergen es a la hora de pagar la factura y recomendar el restaurante). En cambio, la situación política italiana puede originar serias convulsiones a la Unión Europea, en la medida en que sus elecciones traigan al gobierno una serie de partidos populistas que se dediquen al pan y al circo romano en vez de afrontar los problemas con responsabilidad. A Italia habrá que echarle un ojo.
Respecto a la política exterior, seguramente este año traerá más de lo mismo: absolutamente nada. Europa volverá a ser el actor internacional inexistente. No veremos una Europa Federal, ni pasos en la unificación de los ejércitos, ni posturas oficiales sobre los conflictos que se desarrollen. Con el berenjenal existente nadie parece estar dispuesto a avanzar en esa dirección.
Por último, ¿España pedirá un rescate? ¿otra super ventajosa linea de crédito plus? ¿o [inserte aquí cualquier juego de palabras torticero y vergonzoso para intentar maquillar la realidad de forma bastante cutre]?. Puede que si, puede que no, lo que es seguro que veremos mucho movimiento de titulares al respecto. Habrá que estar atentos al tema.
La guerra en Libia.
Con toda seguridad veremos el segundo aniversario de las revueltas populares en Libia, espoleadas al calor de la primavera árabe, que derivaron este año en lo que ya podría calificarse como guerra civil, con camino de degenerar pronto en una simple matanza entre religiones y grupos étnicos.
La falta de unidad internacional, y su consecuente inoperancia, será la tónica permanente en el desarrollo del conflicto, ya que la comunidad internacional no ha salido de su clásica visión partidista a la hora de tratar este tipo de asuntos. El Consejo de Seguridad de la ONU continuará permanente vetado por China y Rusia, los cuales rechazan cualquier tipo de intervención extranjera en el conflicto (es decir, cualquiera que vaya en contra de sus intereses); y los Estados adyacentes continuarán con sus dos principales prioridades: que la guerra les salpique lo menos posible; e intentar sacar la máxima tajada apostando por el caballo que más se adecue a sus intereses.
Y esto es un gran problema. Las estimaciones conservadoras tasan ya en cuatro millones el número de personas que necesitan asistencia, de las que podemos destacar los dos millones constituidos por refugiados. Y lo peor de todo: Naciones Unidas ya ha dejado claro la existencia de graves violaciones de los derechos humanos por parte de ambos bandos. Aquí sólo están perdiendo los civiles.
El nuevo mandato de Barack Obama.
De aquí se podría sacar para toda una serie de artículos, pero en resumidas cuentas la comunidad internacional va a estar pendiente de un factor esencial en el nuevo mandato del presidente: la estabilización de la economía de Estados Unidos. Veremos si Barack Obama puede mantener el pequeño pero optimista crecimiento de su país a la vez que reduce el paro y, lo más importante, acomete el recorte del déficit del Estado equilibrando el gasto público (¿Veremos como se soluciona el abismo fiscal?). La recuperación económica occidental dependerá, en gran medida, de como se gestione este leve indicio de expansión estadounidense.
Por otro lado, Barack Obama ha prometido abordar la reforma migratoria para dar solución a los 11 millones de indocumentados que hay en el país y avanzar en la creación de un modelo de sanidad público. También leeremos sobre la posible retirada general de Estados Unidos de Oriente Medio, con el abandono de Afganistán e Irak de forma permanente.
Latinoamérica.
El crecimiento medio en la serie de Estados que conforman Latinoamérica será del 3%, sugiriendo que estos países se encaminan a superar y distanciarse de la etapa de recesión y crisis económica internacional. La economía latinoamericana se dirige hacia un crecimiento sólido, sin que debamos esperar sorpresas en ese sentido.
Donde tendremos que prestar singular atención será en los acontecimientos políticos que se desarrollarán por todo el continente. Argentina se enfrentará a su grave tensión política interna; Brasil, impulsado por el Mundial y los Juegos Olímpicos que va albergar, afrontará el desafío de su seguridad nacional en las calles; mientras Colombia seguirá con sus conversaciones con las FARC para tratar de que surja por fin la paz en laregión; Cuba seguirá postergando y ralentizando su proceso de apertura; y los cambios más significativos se darán en Venezuela, donde el gobierno de Hugo Chavez llegará a su fin, produciendo una transición de resultado incierto.
Monsieur le Tupé.
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