miércoles, 9 de enero de 2013

Recomendaciones cinéfilas 2013: The Master


Eres el tripulante de una fragata de guerra estadounidense, en el Pacífico, cerca de las costas de Japón. Tu cuerpo está ya castigado, maltrecho por las enfermedades y heridas sufridas; llevas 4 años intercambiando balazos con los nipones, matando por tu país, y viendo cada día como tus compañeros de armas van cayendo y tú sigues en pie. El que un día es tu amigo al día siguiente no es nadie, y ese que tan mal te caía ayer, puede salvarte la vida hoy. La Segunda Guerra Mundial está llegando a su fin, y mientras tus compatriotas se disponen a dar el golpe de gracia al enemigo japonés con Iroshima y Nagasaki, tú y tus camaradas tenéis un día libre. En las arenas de una playa paradisíaca del Pacífico, tenéis un rato para relajaros y tus amigos deciden hacer una muñeca de arena. Llevas sin oler a una mujer Dios sabe cuanto; sólo el contemplar una forma femenina, aunque sea de arena, desata tu instinto animal, haces como que practicas el fornicio con ella, como que la masturbas, para regocijo y disfrute de tus compañeros, que estallan de júbilo y jolgorio al ver tu desenfadada actitud. Acto seguido te separas de ellos, y con el marco de la belleza oceánica como fondo, te masturbas tú.

Este es el desolador comienzo de The Master, lo nuevo de Paul Thomas Anderson, ese director que aun perteneciendo a Hollywood, con tan sólo 42 años ya se ha granjeado los respetos necesarios como para hacer el cine que le dé la gana. Su cine mezcla los métodos más clásicos que te puedas echar a la cara sumados a un soplo de modernidad irresistible. Con su último film 'Pozos de ambición' nos retrataba el ascenso de un hombre sin nada donde caerse muerto hasta  que se convierte en un magnate del petróleo: es el camino del hombre hecho a sí mismo. Con The Master el punto de partida es el de los soldados que volvían de la guerra, muchos de ellos perturbados, que no encajaban muy bien en la América de modernidad que se iba a gestar en los años venideros. Es gente que lleva varios años sin hacer otra cosa que pegar tiros a diestro y siniestro, muchos de ellos no saben hacer nada más que eso, y el panorama cuando vuelven no es el de los desfiles y el de las medallas: es el de encajar donde más o menos se puede con las sobras que han dejado los que no dieron su vida por la patria.

El protagonista de esta historia, del que hablaba antes, se encuentra este panorama al regresar a su país. Es un ser animalesco, con conducta errática y autodestructiva, que ha quedado traumatizado por la guerra.
Muestra sus instintos tal como son, no puede llevar una rutina normal, ni relacionarse con el resto de humanos de forma normal. Fuma, bebe (alcohol fabricado por él mismo con extraños e improvisados elementos cada vez) compulsivamente y se relaciona con las señoritas más "predispuestas" que se va encontrando en su sendero de muerte y destrucción. Su nombre es Freddie Quell, está interpretado por Joaquin Phoenix, actor de sobra conocido por su papel de Comodo en Gladiator o Johnny Cash en la cuerda floja. No sé si decir que lo hace bien o mal, sólo puedo decir que parece que se está interpretando a sí mismo, parece de verdad él quien es aquejado de la rabia y el desquicie del personaje. Digamos que él mismo es el personaje que interpreta. Hay que recordar que este es la enésima resurrección de Phoenix para la interpretación: lo último que vimos de él fue el falso (¿o no?) documental I'm still here donde se muestra a sí mismo en sus más bajos fondos, y hace poco cuando le preguntaron si se consideraba este año candidato al Óscar, directamente se cagó en los premios en general: "Los premios son una gilipollez"- dijo textualmente.

Una vez que te presentan el personaje, enmarcado en los Estados Unidos  del American way of life, aquel de fume usted que sólo son ventajas, Freddie topa por avatares del destino con Lancaster Dodd, un personaje inspirado en el fundador y líder de la famosa Iglesia de la Cienciología, un culto ajeno a los habituales, considerado como una secta, a la que pertenecen entre otros los actores Tom Cruise y John Travolta. La película fue tachada por muchos antes de verla como polémica y morbosa por tratar el tema de los orígenes de la Cienciología y su controvertido líder, pero nada más lejos de la realidad. El director sólo utiliza el tema como medio, como herramienta necesaria para lo que nos va a contar, que es la relación que se establece entre estos dos hombres, que se encuentran tan necesarios y complementarios el uno con el otro: por un lado Freddie es una bestia, un animal salvaje, asocial, que necesita urgentemente ser reconducido, y consciente de ello se pone en manos de Lancaster, por otro lado este último aparenta ser alguien seguro de sí mismo, pero necesita a Freddie para realizarse a sí mismo, para realmente demostrar que su fundación ayuda a la gente a seguir adelante. Así que los señores Tom Cruise, Travolta y demás practicantes de este culto no deberán sentirse ofendidos: en la película no aparecen personas degustando un menú de placentas, como algunos alarmistas vaticinaban.

El director tiene los tiempos milimetrados, nos muestra lo que quiere de forma desgarradora y absorbente, nos cautiva mostrándonos los momentos más intensos en poderosos primeros planos. Todo está orquestado al detalle en este cara a cara, que a su vez funciona como gran ensayo sobre los comportamientos humanos en una sociedad que avanza a la modernidad, pero en la que hay poco o ningún valor. Cada uno busca apaciguar sus necesidades personales de la forma que le parece o más le conviene, la gente avanza decadentemente hacia el futuro, con miedo a la muerte y a la intrascendencia de sus vidas. Por eso el individuo cae en la religión, en las sectas o en x: llamémoslo como lo llamemos son organizaciones que ayudan a las personas a sentirse aceptadas y respetadas en un ámbito en el que, sea verdad o mentira, todos reman en la misma dirección. Por último, he de lanzar un aviso a navegantes, una bengala de SOS: esto no es una película apta para todo tipo de paladares, es cine del bueno, y como tal el espectador debe poner de su parte. Habrá gente a la que le pueda aburrir, pues la película ligera no es, pero esto es como el que está leyendo a Cervantes y por desidia se pasa a devorar lo último de Ken Follet. Aquel que busque un entretenimiento pasajero será mejor que vaya a ver la nueva de Jeniffer López o la enésima requetecuela de Marvel. A lo que hago referencia no es ni mucho menos gafapastismo gratuito, es un aviso para que luego el respetable lector no quiera lincharme en el día del apaleamiento tras haberla visto.

Almaciguero Mayor


6 comentarios:

  1. Quería verla porque me llamó la atención que hablaran de la Cienciología, aunque no sabía de qué iba realmente. Pero después de leer esto si que me han entrado ganas de verdad!! Ya te diré mi opinión (y espero no tener que buscarte en el día del apaleamiento! jajaja)

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    1. Dios no, que te guste por favor que si no me masacras en el venerado día del apaleamiento. Te recomiendo cuando la veas que te fijes en todos los detalles posibles, a cada cosa que hagan los personajes, porque hay muchas. Las actuaciones son Dios (si la vas a ver al cine ve al Babel).

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  2. Muy buena aclaración eso del medio y no el centro de la trama. Perfecto análisis, tío. Ésta va a ser mi sección favorita, perrolobo.

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    1. Imposible ver esta y no hacer una reseña. Me alegro de que te haya gustado.

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  3. enhorabuena por la seccion perrolobo de las montañas con nieve!
    un abrizo.
    tk. teje

    por cierto tu gafapastismo va en aumento.

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    1. Gafapastismo no, se llama ver las películas con otros ojos (tras unos cristales rodeados de pasta). ¡Gracias!

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