¿Para qué sirven los bancos?

Veamos el contexto: para salvar el sistema bancario se han destinado ya al mismo 52.000 millones de euros de manera directa, además de avalarse emisiones de bonos y obligaciones bancarias por valor de 72.000 millones. Cifras que ni siquiera suponen una garantía de estabilidad, estando en el aire la posibilidad de tener que destinar aún más capital para que los bancos no quiebren. Y las sucursales de las cajas provinciales de turno sin estar ardiendo de costa a costa. 

Comprender por qué es necesario salvar el sistema financiero bancario en vez de invertir diez veces menos dinero en prenderle fuego es una tarea que se muestra difícil en un primer momento. Cuando uno se da cuenta de la verdadera barbaridad que supone la cifra del rescate, y lo combina con un análisis razonado de la calidad de las decisiones de los gestores bancarios que no están sufriendo el impacto de la crisis, es difícil entender que la población no se haya decantado de manera unánime por mandarlo todo a tomar por culo. Como suena.

Entonces, ¿Por qué mantenemos y sustentamos a los bancos a cualquier precio? Porque desgraciadamente una sociedad próspera necesita tener un sistema bancario de manera prácticamente axiomática. Algo que se necesita comprender para no caer en decisiones populistas es que las funciones que realizan los bancos son completamente imprescindibles si no se quiere volver, digamos, a poco más que la edad media. Se puede optar por varios tipos de sistemas bancarios (completamente estatales, basados completamente en el libre mercado, cualquier combinación intermedia), así como decidir qué tipo de castigo merecen los malos gestores; pero en general es muy mala idea dejar caer a los bancos. 

¿Qué funciones realizan las instituciones bancarias que las hacen tan imprescindibles?. Existen una serie de funciones accesorias bastante importantes: 

• Respecto a la conservación del dinero, los bancos ofrecen seguridad. Dan la oportunidad de que el dinero de los ciudadanos esté reflejado no en billetes físicos, los cuales se pueden perder de muchas maneras, sino en una cantidad abonada en el banco por la cual el mismo responde (usualmente con el respaldo adicional del Estado). 
• Respecto a las transacciones comerciales, los bancos ofrecen comodidad. A la hora de realizar pagos o recibir cobros los bancos brindan un papel de intermediarios que simplifica y agiliza enormemente todas las operaciones. 
• Además, los bancos ofrecen una serie de servicios auxiliares de gran valor. Tarjetas de crédito  domiciliaciones bancarias, fondos de inversión...

Pero además de ésto existe una razón primordial que los hace esenciales: los bancos canalizan el dinero sin usar hacia personas que lo necesitan para realizar alguna actividad. Conectan a las personas que no necesitan actualmente sus ahorros con las que necesitan financiación, asegurando que las condiciones de los préstamos se vayan a cumplir y que las inversiones se destinan hacia actividades que tengan probabilidades de producir riqueza. Eso da seguridad y permite que el dinero se mueva en la economía de manera eficiente.

En otras palabras, los bancos son el mecanismo que hace circular los recursos en la economía: permiten canalizar el capital sin uso hacia nuevas actividades con probabilidad de ser rentables. 

La historia nos da muchos ejemplos de la necesidad de contar con una institución que realice esta labor. El ejemplo más característico a mi parece fue la existencia de comunidades judías dentro de reinos radicalmente cristianos durante la Edad Media. ¿Por qué se permitía la existencia de judíos en lugares que profesaban una religión que instaba a pasar por la posta a todos los creyentes "equivocados"? Porque la religión judía si permitía la institución del préstamo mientras que la cristiana no. Y los gobernantes, por muy devotos que fueran, tenían que aceptar la necesidad de que los ahorros fluyeran para tener algo de prosperidad en sus tierras (y mirad lo que pasó cuando dejaron de aceptarlo). 

En definitiva, aquella sociedad que no cuenta con un sistema financiero útil y dinámico contará con grandes trabas al crecimiento. Así que mal que nos pese tendremos que dejar la gasolina para otro día y ponernos a pensar cómo salvar a nuestros bancos (y ya que estamos sería genial idear de paso un sistema que garantice que realizan las funciones que tienen encomendadas, lo que sería una total novedad).

Monsieur le Tupé.