domingo, 31 de marzo de 2013

Jacques Brel, el marinero rumbo a las putas de Amsterdam


Una conversación con nombre me dijo que ser objetivo es un objetivo que ansían algunos subjetivos, y yo que pienso que la subjetividad es un privilegio mal usado intentaré escribir sobre algo que a golpe de pálpito diastólico me ha desgarrado desde hace años.

Uno busca en un músico buenas letras, buenas composiciones, quizá un bonito físico; otros murieron jóvenes, pertenecieron a un cruel grupo, fruto de la pura serendipia y la maldita necesidad de organizar y buscar etiquetas para todo. En definitiva sean cuales sean las características todo músico tiene algo que lo demarca del resto, una destreza de la que el resto carece, que no sabe imitar, o simplemente nació XXI y su estigma es la "desentimentalización" de la música contemporánea.

Jacques Brel tuvo su propio grupo, fue un magnífico compositor y mejor intérprete, actor, director de cine y feo. Abanderado de aquello que llaman "chanson française"(canción francesa) con el permiso de Brassens, de Piaf, de Moustaki, de Ferré e incluso de Debussy, aunque eso queda más lejos. Fue lo que podría saberse un trovador, pero sin hablar en occitano ni delegar los recitales en otros. Francés bastardo y belga descreído, anti-flamenco de los que hablan la lengua romance y no de los que se callan sin acabar las palabras. Criado acá y nacido allá, pocas veces cantó en su idioma natal y muchas las que enseñó a los francófonos a pronunciar esa letra hipnótica que arrastra a cualquier humano con un rugido a la cama de la francesa que así lo disponga.

Jacques Brel tenía una voz infartada que se adaptaba a cualquier lírica que de sí mismo saliera. No sudaba, sangraba por los poros dilatados por las atronantes palpitaciones de su corazón. De mirada triste, a veces indiferente, pero siempre efusiva, acaso adquirida en sus años de mancebo, cuando escribía canciones profundamente poéticas en reuniones de amigos, acaso bebiendo la tristeza de los burdeles bruselenses. Como cualquier belga que quiera triunfar descendió hacia París para hacer carrera, y esta ciudad le dio cobijo en la bohemia, procurándose un sustento unas veces como profesor de guitarra otras actuando en salones privados. Y entre los aplausos de la baja burguesía y aún con el humo del tabaco a flor de piel alcanza su primera gloria grabando su primer LP, pero sin el aliento de su familia.

Un falso "Abad" (bautizado así por Brassens), nada de párroco tuvo un hombre que para triunfar abandonó una vida burguesa, a su mujer y a sus tres hijas, aunque como todo hombre que aspira a prosperar años más tarde los reunió con él.
<< La paternidad no existe.>> (Jacques Brel)
Fue en ese 57 en el que Brel alcanza su primer gran éxito Quand on n'a que l'amour y es catapultado a la fama llegando al templo de los grandes artistas de la chanson y de los más espléndidos forasteros, el Olympia, que como bien dijo Jesús Nieto es como en Madrid el Real, pero con olor a queso y eructos de Bourdeaux.
<< Un hombre no debería cantar cosas así.>> (Edith Piaf)
Es difícil hablar de una discografía pues las publicaciones se hicieron aquí y allá de distinto modo pudiendo encontrar las mismas canciones repetidas en varios de los discos que tiene. Y si se hace imposible saber que canciones pertenecen a que disco, no lo hace acertar el título de la siguiente canción, esa que habla de un amor sumiso con acongojante franqueza, con la lástima de quien le oye llorar con la voz, y así, en un primer plano, fulmina a los flojos de corazón:

¿Lo ven? ¿Sabe ya el lector cual fue la grandeza de Jacques Brel? ¿Aquella que nadie ha conseguido arrebatarle? No se lo digo yo, se lo dice él con cada brizna de sudor que le llega al espectador puesta en vuelo por las contracciones espasmódicas, el vigor de sentir lo que se canta, ese puñetero satori que alcanzan los feos de espíritu, esa completa iluminación que arroba a Brel. Su grandeza no fue pues otra que la vehemencia con la que interpretaba cada una de sus canciones. Sobre el tablao' lloraba como una virgen española, ayudado por lo que ya se volvió sacrílego, el humo alquitranado. 

Brel actuó y dirigió películas, y en el pleno apogeo de su éxito se exilió de su vida a la Polinesia para navegar en su barco. Tan solo volvió en 1977 para grabar el que sería su último disco. En 1978 muere de un cáncer de pulmón, quizá provocado por la angustia vital que era su sino.

Aunque su fuerte fue el amor y la pena, tuvo un lugar para el humor, de donde surgió esta canción con una interpretación exquisita dadas sus dotes dramáticas:

Les Bonbons


Y ahora la muerte, siguiendo su línea jocosa canta como un moribundo a las personas que deja en tierra, amigos, enemigos, de ideas contrarias y a su mujer, y lo hace desde la impasibilidad de la muerte, un momento que considera la pena de la ida y el deseo de la felicidad a los que viven, en detrimento del muerto sí, pero el muerto al hoyo y que canten, bailen y rían mientras lo entierran, y que nadie se atormente por el pecado en vida del que ya marcha:


Le Moribond


Brel escribía a nombres, a historias reales, afrontaba problemas palpables llevados a la máxima expresión de lo visceral, hablaba con honestidad de la vida y cuando llegaba a ese punto te zarandeaba. Lo sencillo no es siempre lo peor aunque en la música sea una máxima asumida como inevitable; y el valiente que enrevesa muchas veces no se da cuenta de que es inútil cuando no se tiene nada que contar. Y aunque diga que su lírica fue sencilla nunca la vistió de ripio y fue también grande en la metáfora. 

Pero llegamos a la faceta crítica. Un hombre venido de la burguesía carga ahora contra ella diciendo "Los burgueses son como los cerdos, cuanto más viejos más tontos":


Les Bourgeois




Y Brel vuelve al Olympia en el 64. Aquí ocurre algo que será recordado por los presentes el resto de sus vidas y por los que han podido ver sus grabaciones, incluso, diré, por los que no lo conocían hasta ese momento, por los que no conocían Amsterdam y por quienes años más tarde han clavado sus agujas en aquel LP. Comienza con su brazo derecho en postura shakesperiana, mismo traje de sus actuaciones, se planta ante el público, una luz sobre el cogote lo ilumina, a él y solo a él, frente al micrófono piensa en por qué hará lo que va a hacer, cantar una canción que no le gustaba, una canción con vulgarismos, ausente de estribillo, y sin decir nada arranca con Amsterdam. Una pronta serenidad que no vaticina el resto. Brel poco a poco empieza a hacer su espectáculo, ese énfasis somero que los grandes artistas controlan. Al minuto sus brazos se mueven como se mecen las olas del lánguido océano que choca contra el puerto. Pronto empieza a sudar como las putas del puerto de Amsterdam de las que habla, y llora como mean los marineros sobre las mujeres infieles

2.000 personas asisten a aquel concierto, 1 millón más lo escuchan a través de sus transistores. En 1964 los conciertos aún tenían personalidad y Jacques Brel más. Aquel belga proscrito había triunfado, era un icono en Francia, un héroe, pero un artista al fin y al cabo, sujeto a ese contrato con el público que le sujeta al sufrimiento para el regocijo del público. Los conciertos a penas duraban 1 hora por lo que las canciones se solapaban de una a otra sobre los aplausos. En Amsterdam del 64 duraron 3 minutos, su acordeonista intentó tres veces empezar la segunda canción, pero no pudo. En el disco se conservan tan solo 15 segundos. 

Decía: "amo el amor demasiado como para amar a una mujer" aunque podría haber dicho "amo demasiado la música como para amar al público". Y Brel jamás concedió un bis. Le parecía una "demagogia de juglar". 

Salvo una vez. Lo recuerda su acordeonista. Fue una noche en la que sin previo aviso retornó al escenario, y allí volvió a cantar Amsterdam, aquella canción que jamás grabó en estudio, aquella canción que jamás le hubo gustado. 

Llego al final para traeros esto, una interpretación que fulge por sí misma, con un foco, un micrófono y un verdadero artista.

Amsterdam en el Olympia




Otra versión con mejores subtítulos aquí.

- Todas estas canciones y más en nuestra lista de Spotify Jacques Brel - (Mente Enjambre)


Por Conde Chócula (Aresti)

sábado, 30 de marzo de 2013

¿Cuál es su oficio?


Hace algún tiempo en la Aldea Irreductible jugaban a un juego que consistía en adivinar las profesiones de algunas personas mediante fotos. Una especie de la parte por el todo de Saber y Ganar. Recuerdo lo que me gustaba ese juego y lo difícil y divertido que resultaba, pues las respuestas acababan siendo inverosímiles, y como no, siempre había algún Martin Prince que daba la respuesta a la primera. Esa gloria hoy puede ser tuya. Esta noche revelaremos su labor si nadie da la respuesta correcta. Hoy en su primera edición, ¿cuál es el oficio de las personas de la fotografía? 

¿Jugamos?

viernes, 29 de marzo de 2013

Júpiter ¿héroe o villano?

¿Qué influencia tiene Júpiter sobre nuestras vidas?


Zeus, el dios entre los dioses, Júpiter, el rey del Olimpo. Conocido por su ira y su trueno, pero también por su compasión hacia los mortales. El Júpiter de nuestra parcela del Universo es un gigante gaseoso que se encuentra más allá de la órbita de Marte. Es tan masivo que por sí solo acapara más del doble de la masa combinada del resto de planetas, pero ¿qué influencia puede tener un cuerpo tan lejano sobre nuestras vidas? La respuesta está en el cinturón de asteroides.

El sistema solar y el cinturón de asteroides.
El cinturón de asteroides es una región comprendida entre la órbita de Marte y la de Júpiter, en la cual se encuentra una gran concentración de estos cuerpos celestes. Tiene su origen en la nebulosa que dio origen a los planetas y el Sol. Sin embargo, mientras que el resto de planetas si pudieron agregar materia para formarse, los escombros presentes en el cinturón se encontraron frente a un elemento contra el cual no podían luchar: Júpiter. El gigante, ya formado, tiraba (y sigue tirando) de la masa que, pese a que seguía girando alrededor del Sol, no podía agruparse para formar un nuevo planeta. No contento con esto,  se estima que la perturbación gravitacional joviana es la causante de que la masa total del cinturón de asteroides haya pasado de ser similar a la de la Tierra a parecerse más a la de la Luna.


Pese a que se nos haya hecho creer que el cinturón de asteroides es un sitio peligroso, esto no es así. No se parece en absoluto a la maravillosa escena en la que el Halcón Milenario, huyendo del planeta Hoth, esquiva a los destructores imperiales a través de un campo lleno de asteroides. Aún así, es cierto que las colisiones entre asteroides se suceden de manera frecuente (según la escala de tiempo astronómica) pero en general se trata de una región casi vacía, muy tranquila. De hecho, las sondas Voyager y Pioneer lo han atravesado en sus misiones más allá de Marte y no han sufrido problema alguno. Aunque la región sea dispersa, la distribución del número de cuerpos (en función de su distancia al Sol) tiene un aspecto inusual que se puede ver en la siguiente figura.

Distribución de asteroides en función de su distancia al Sol.
Los huecos en la gráfica se deben a la interacción que se da entre Júpiter y los cuerpos que orbitan en esas regiones. Cada cierto tiempo Júpiter se alinea con asteroides presentes en zonas concretas, de tal manera que coinciden sus periodos orbitales. De esta manera la influencia que ejerce este gran planeta es mayor que durante el resto del tiempo y se produce un "tirón", el cual aplicado periódicamente es capaz de desestabilizar la órbita de los asteroides presentes en esas regiones. Este fenómeno se denomina resonancia orbital y es el responsable de que en ciertas zonas del cinturón de asteroides (conocidas como huecos de Kirkwood)  el número de cuerpos decaiga drásticamente. 

Este tipo de resonancia se da cuando los períodos orbitales (el tiempo que tardan en rotar alrededor del Sol) de dos cuerpos cumplen una cierta proporción entera. Es decir, si hay una resonancia del 3:1, significa que el cuerpo que se encuentra en esa zona del cinturón de asteroides da 3 vueltas alrededor del Sol cuando Júpiter sólo ha dado una de ellas. Por tanto, cada cierto tiempo se alinean los cuerpos y la atracción gravitatoria es mayor. Esto hace que los asteroides que se encuentran en los huecos de Kirkwood, tras entrar en resonancia con Júpiter innumerables veces, vean su órbita desestabilizada, por lo que el trayecto que acostumbraban a seguir se ve modificado. El problema es que no salen de esas zonas para irse a otra región no resonante del cinturón, sino que tras innumerables perturbaciones el cuerpo acaba tomando una órbita elíptica que lo saca del cinturón (es un proceso muy lento, pero cada vez la órbita se vuelve más elíptica). En cualquier caso, todo asteroide que se encuentre en una zona de resonancia orbital tiene todas las papeletas para salir de ahí por las malas. De ahí que haya tan pocos asteroides en esas zonas. Han sido expulsados.

Si lo pensamos bien, Júpiter no es ni un héroe ni un villano. Si no hubiera impedido la formación de un planeta  entre su órbita y la de Marte, no sabemos si las condiciones para la vida en la Tierra habrían sido las mismas. Aún así los efectos de la resonancia orbital han ocasionado que más de un asteroide se haya visto catapultado hacia la parte interior del Sistema Solar, planteando (con una baja frecuencia) un problema para nuestro planeta.

Pepe "Puertas de acero" Pérez

miércoles, 27 de marzo de 2013

¿Quién era Carlos Martel?


Esta pregunta surge donde se crean las naciones: en los parques. Y es que un día definido más por el fresco que el calor, el bueno de Monsieur le Tupé decide hacerle una afable e inocente pregunta a Almaciguero Mayor, o séase, a mí, la cual aparte de nutrir el título de este artículo, va incluso a conseguir llenarlo con la respuesta de la misma. La respuesta a quién fue Carlos Martel no se encuentra en Juego de Tronos, pues si bien lleva el apellido de una de las casas que juegan al pilla pilla de intrigas palaciegas que tan de moda está, mucho más atractiva es la historia que estoy por relatar que la de Canción de hielo y fuego.

Este ilustre señor nace en el año 686 en Heristal (actual Herstal), situada en el reino de Austrasia (formado por parte de la Francia actual, además de parte de Alemania, Bélgica y Luxemburgo), fruto de una relación en pecado de su padre Pipino con una moza de buen ver. Es decir, Carlos fue hijo natural o bastardo a todos los efectos. Su padre era el Mayordomo de palacio del reino, y en los años anteriores había conseguido concentrar el poder efectivo de todos los francos sobre su persona, al haber derrotado a todos sus adversarios y reconocer al rey de forma meramente nominativa. Sin embargo, si el gobierno de Pipino fue espléndido, llegando a prácticamente someter media Alemania para beneficio de los reinos francos, su sucesión fue complicada, ya que sobrevivió a sus dos hijos legítimos Drogon y Grimaldo, quedando solamente Thiaud, un zagal de apenas 6 años, por lo que Carlos heredó el cargo de Mayordomo. Corría el año 714, y Carlos gozaba de 29 años de edad.

La cosa pintaba bien, pero rápidamente, y escudándose en la bastardía de Carlos, Plectruda, mujer de Pipino, instigó contra él para que el reino quedase en manos del chiquillo Thiaud (para ella, vamos) y mandó encarcelar a Carlos y asumió ella misma la regencia. Con el nuevo panorama que se presentó, los reinos francos vecinos que con mano dura habían sido bien dominados por Pipino, no aceptaron que les gobernase una mujer y se iniciaron rebeliones en Neustria (Normandía y centro de la actual Francia) en el año 715, a los que se sumaron los frisios, sajones e incluso brotes rebeldes aparecieron en la propia Austrasia. La sucesión de los acontecimientos y el caos imperante permitieron a Carlos salir de prisión, tomar el mando del ejército, y tras una derrota en Ratbodo en 716, pudo rehacerse y en 717, en Amblève y posteriormente en Vichy, logró acabar con los neustrianos y sus ansias de libertad.

Mapa de los reinos francos en la primera mitad del siglo VIII
Una vez pacificados los rebeldes y expulsados los sajones y frisios, Carlos obligó a Plectruda a otorgarle las riquezas de su padre y a reconocer un rey propuesto por él, que sería Clotario IV (como el agudo lector podrá observar, en esta época tan oscura los reyes eran meras marionetas en manos de los nobles) y él mismo se nombró Mayordomo de palacio. Además, depuso al obispo de Reims, Rigoberto, que se había opuesto a su mandato anteriormente. Entonces fue hora de recuperar el dominio sobre aquellos reinos que se habían rebelado a su autoridad. Uno a uno fueron cayendo inexorablemente. En primer lugar centró su atención en los sus vecinos de Neustria, que habían unido sus fuerzas a Aquitania. Carlos invadió Neustria y destrozó a su ejército en Soissons, hecho fundamental que hizo que tanto Aquitania como Neustria reconocieran la hegemonía de Austrasia, y por tanto de Carlos, sobre el resto de reinos francos. Sólo restaba vengarse de frisios y sajones, a los que Carlos a los mandos de su ejército pudo derrotar, con mayor resistencia por parte de los sajones, pero igualmente ambos reinos fueron incorporados a sus dominios sobre el 730.

Llegamos entonces al hecho que otorgaría a este personaje un reconocimiento en los libros de Historia: la invasión musulmana sobre los reinos francos. Tras la muerte de Mahoma en 632 los musulmanes se lanzaron a la expansión salvaje, construyendo el imperio más grande jamás visto desde los tiempos del Imperio Romano. Como bien es sabido, los omeyas llegaron a la Hispania visigoda en 711, matando en la batalla de Guadalete al que fuera el último rey visigodo, don Rodrigo. Entre 711 y 715 se hicieron con el control efectivo de toda la Península, salvo el norte, que fue 'heroicamente defendido' por don Pelayo, según los anales cristianos, pero lo que realmente ocurrió es que los musulmanes no tenían demasiada ambición por perder un solo hombre para conquistar las cuatro piedras cántabras y astúricas que allí había. De hecho, más allá del Sistema Central no había nada, prácticamente guarniciones fronterizas desde las que dirigir incursiones y poco más.

Avance de los musulmanes hasta Poitiers
El hecho es que, en su afán expansionista, el entonces gobernador de Al-Andalus, Abderramán, decidió atreverse en la conquista de los territorios allende los Pirineos, y decidió cruzarlos para darles palpelo a los francos. En 721 los árabes fueron derrotados en Toulouse, pero continuaron las incursiones y sobre 725 ya dominaban el suroeste galo, amenazando con entrar al centro de Francia y poner en jaque a toda Europa. Cómo no, tuvo que acudir Carlos, el Mayordomo franco por excelencia, al rescate.

Poco se sabe de la batalla que aconteció y en la que se decidió el destino de la Europa medieval, ni siquiera su localización exacta, aunque se cree que fue en las inmediaciones de Poitiers. Carlos Martel reunió todas las tropas que pudo, y dispuso a su ejército en posición defensiva para evitar la temible carga de los árabes. Huelga decir que el ejército franco estaba formado en su inmensa mayoría por tropas de infantería, mientras que los de Abderramán eran fundamentalmente caballería, por lo que la cosa pintaba mal para los francos.

Durante casi una semana ambos ejércitos estuvieron tanteándose con futiles escaramuzas, hasta que a Abderramán le entraron las prisas de tanto esperar y se decidió a cargar contra el ejército enemigo, dispuesto en formación de falange, esto es, filas de lanceros con armadura, estando los de las primeras filas con las lanzas en ristre y los del fondo, esperando para sustituir a los muertos de las primeras. Durante un día los musulmanes realizaron sucesivas cargas con el fin de romper la formación franca, sin resultado positivo alguno. En un momento de la batalla unas pocas tropas musulmanas empezaron a retirarse al ver que no iban a ganar, y esa huida esporádica se convirtió en desbandada general hacia el campamento. Abderramán, en medio de la refriega, intentó reagrupar a sus hombres, pero quedó abandonado a su suerte, y fue rodeado por los cristianos, que acabaron con su vida.

Al anochecer, el Mayordomo Carlos no quiso atacar el campamento musulmán por miedo a un posible descontrol de la situación, y esperó a la mañana siguiente. Al amanecer, puso a sus hombres a formar, y se vio que el ejército musulmán no estaba. Durante toda la mañana se creyó que los musulmanes se habían emboscado para dar muerte a sus enemigos, pero lo cierto es que sin su comandante y con escasos recursos por la lejanía de las bases de abastecimiento del sur, se retiraron rumbo a Al-Andalus.

Carlos Martel idealizado en Poitiers
Esta batalla, que fue conocida como la batalla de Poitiers, dio el sobrenombre a Carlos como 'Martel' o 'martillo', por la habilidad y machaconería con la que se enfrentó a sus enemigos, amén del título de 'salvador de la cristiandad'. Pero por encima de esto supuso el final de la expansión árabe por Europa, pues aunque todavía conservaron las bases de Narbona o Toulouse hasta el 758, los musulmanes ya nunca más conquistarían nuevos territorios en Europa. Es el punto de inflexión en el que pasan de ser conquistadores a empezar a ser conquistados, pues en los años venideros llegará Carlomagno (nieto de Carlos Martel, por cierto) con su ejército imperial para hostigar a los musulmanes de Al-Andalus, y vascos, leoneses y astures se atreverán a tirar piedras más grandes a sus enemigos.

Y es que en Poitiers se produjo uno de los acontecimientos más importantes de la Europa medieval. En el común de los historiadores aficionados por fantasear con la Historia siempre está el debate sobre qué hubiese pasado si Carlos Martel hubiera perecido en el combate y no Abderramán. ¿Hasta dónde habrían llegado los sarracenos? ¿Notre Dame tendría una media luna por estandarte en vez de una cruz? ¿nuestra Guerra Civil hubiese sido una especie de primavera árabe? Francamente, son asuntos que me importan un bledo, no soy yo partidario de suponer cosas que ni han pasado ni pasarán nunca, quien se devane los sesos con estos temas, allá él y su tiempo.

Sin embargo, adoro las curiosidades históricas, y como tal ahí va la siguiente: unos 600 años después, en Poitiers, acaeció otra batalla, pero esta vez no se mataron moros y cristianos, sino cristianos entre sí. Durante la Guerra de los Cien Años, en 1356, las tropas inglesas, comandadas por Eduardo, el Príncipe Negro (hijo de Eduardo III) derrotaron a los gabachos, con la consiguiente anexión de media Francia para Inglaterra. Vamos, que la justicia histórica actuó, y los ejércitos franceses de esta época, formados por caballería fundamentalmente, fueron aniquilados en el mismo campo que en 732 la caballería musulmana. Menuda razón tenía Google cuando nos corregía la búsqueda de french military victories, diciéndonos, usted quiso decir french military defeats.

Pero eso es otra historia.


Referencias:


martes, 26 de marzo de 2013

La doctrina Parot, Europa y la puesta en libertad de terroristas.





El Tribunal de Estrasburgo terminará este año con la discusión sobre si la aplicación de la Doctrina Parot aplicada por los tribunales españoles es válida o por el contrario supone una lesión contra los derechos humanos. La prensa está haciendo especial hincapié en el seguimiento de la noticia porque de ella depende el excarcelamiento o indemnización económica de presos por delitos graves de terrorismo, agresiones sexuales y asesinato. Tenemos a un preso por 51 violaciones cometidas, un asesino de tres niñas y terroristas con 20 asesinatos a su espalda entre los afectados por el fallo judicial. Es normal que se arme tanto revuelo.

Recordemos que esta instancia se ha llevado a dicho tribunal porque el mismo es la máxima autoridad judicial para la garantía de los derechos humanos y libertades fundamentales en Europa. Cualquier persona que considere haber sido víctima de un perjuicio hacia sus Derechos y Libertades Fundamentales por la jurisdicción de un Estado miembro del Consejo de Europa (como es España) puede acudir a este tribunal cuando haya agotado sin éxito los recursos disponibles en su país. Los reos afectados por la Doctrina Parot, al verse desestimados los recursos que interponen en los tribunales españoles, han acudido a este tribunal europeo con la pretensión de que proteja que en su opinión les están siendo dañados. Si les da la razón éste podrá imponer a España que excarcele a los reos o incluso que los indemnice.

La Doctrina Parot versa sobre la forma de computar las condenas en las penas privativas de libertad: del total de años a los que se ve condenado un reo cuántos de los mismos va a cumplir en la cárcel. Ésta establece que la aplicación de los beneficios penitenciarios debe hacerse respecto de cada pena individualmente considerada y no sobre el máximo legal permitido de permanencia. Tenemos dos conceptos clave para entender el problema: los beneficios penitenciarios y el tiempo máximo permitido que puede estar un reo en una cárcel.

Los beneficios penitenciarios son una serie de mecanismos jurídicos que permiten el acortamiento de la reclusión efectiva de una condena (el tiempo que pasa estando efectivamente en la cárcel). La fundamentación jurídica de los beneficios penitenciarios se halla en los principios de reeducación y reinserción social que rigen todo el sistema penal (Artículo 25.2 de la Constitución: "las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social [...]"). En base a ello el reo que realice actividades que prueben su interés por integrarse en la sociedad y evitar la reincidencia delictiva es premiado con una disminución de su condena. Ejemplos hay muchos: buena conducta, estudio de una formación profesional, aprendizaje de un idioma, realización de actividades laborales dentro de la prisión. Ante una condena de 5 años por agresión podrían disminuirla a sólo tres años por ser un preso modelo y terminar una serie de estudios (hay que recordar que el sistema penitenciario no es una forma sofisticada de que la sociedad se vengue, si no que el mismo debe estar orientado a que se realicen los menores crímenes posibles y que las personas se rehabiliten).

De otro lado, existe un tiempo máximo permitido de cumplimiento de una condena. ¿Cuál es la duración mínima y máxima de la pena de prisión? Según el artículo 36.1 del Código Penal "la pena de prisión tendrá una duración mínima de tres meses y máxima de 20 años, salvo lo que excepcionalmente dispongan otros preceptos del presente Código". Aunque el asunto se complica porque existe una intrincada red de excepciones que permiten alargar esa pena en relación con los delitos más graves (por ejemplo en el caso del terrorismo la pena máxima se eleva a 30 años) el fundamento se ve claro: no existe la posibilidad de cadena perpetua en España. Por tanto, si un reo realiza delitos que sumados dan una pena de 25 años de cárcel sólo cumplirá 20 de ellos antes de quedar en libertad. La base jurídica de esta medida es clara y está relacionada con la misma obligación constitucional de aplicar penas que estén enfocadas a la reeducación y la reinserción. 

Explicados estos dos conceptos tenemos el problema al que se enfrenta la Doctrina Parot. En un ejemplo: tenemos a una persona que tiene una pena de 50 años por la realización de varios asesinatos de índole terrorista y ha realizado actividades que le permiten descontarse 10 años de condena. ¿De qué condena se le descuenta? ¿De la efectiva de 30 años? ¿O de la total de 50?. Si lo hace de la primera saldrá 10 años antes, mientras que si lo hace de la total el número de años que permanecerá en la cárcel seguirán siendo 30 años. Actualmente hay en nuestro país reos que tendrían que estar en libertad si los beneficios penitenciarios se aplicasen a la condena efectiva, por eso la interpretación sobre el total de años que tiene cumplir un reo que haga el Tribunal de Estrasburgo es tan importante.

Más allá de los aspectos jurídicos del problema todo se complica bastante: estamos hablando de etarras, asesinos y violadores. Es considerablemente difícil realizar un análisis legal cuando este tipo de gente se ve mezclada y, seamos sinceros, ni la prensa ni los políticos están a la altura del debate. Habéis escuchado el argumento de que si se deja de aplicar esta doctrina hay hijos de puta que saldrán de la cárcel ¿Puede haber una forma más deleznable de argumentar en un debate jurídico? La interpretación del ordenamiento jurídico nunca debe hacerse fijándose en casos concretos, sino en la coherencia del mismo. Ya puestos podríamos argumentar también que la suma 2+3 no da el resultado de 5 porque eso deja libre a un violador de niñas.

Y con ello en mente creo que el Tribunal de Estrasburgo va a anular la interpretación jurisdiccional de los tribunales españoles. En primer lugar porque supone un aumento de la pena que no se contemplaba cuando se legislaron las conductas que se castigan (en verdad la Doctrina Parot fue un giro que se inventaron los jueces para no dejar en libertad a terroristas sin arrepentimiento y no reinsertados) y, en segundo lugar, porque supone una lesión a la obligación constitucional de crear un sistema penal que fomente la reinserción y la reeducación (dado que deja sin efecto los beneficios penitenciarios que se otorgan cuando el individuo hace ciertas actividades que fomentan su reinserción).

Pero ante todo no hay que olvidar que los hijos de puta son una excepción en el funcionamiento normal de la justicia, y como hijos de puta que son se van aprovechar de él casi de manera axiomática. Pero si una ley o interpretación jurisdiccional hace que la mayoría de la sociedad tenga un trato justo a costa de tragarse de vez en cuando la amargura de que haya gente en la cárcel que tendría que estar en ella (o muerta, la verdad) pues lo prefiero. Sobre todo si la alternativa es la República Bananera del Populismo donde se legisle al ritmo de las noticias de prensa.


Monsieur le Tupé.

domingo, 24 de marzo de 2013

Bebo Valdés. El genio que dijo adiós a Cuba y se la llevó consigo


Ha muerto Bebo Valdés a sus 94 primaveras, y quien no lo sepa es que no ha abierto un periódico o ha escuchado la radio o ha visto los noticiarios televisivos, ya que el mundo de la música viste el luto por su ida. Se comprende que haya estado hasta en la sopa pues ha sido uno de los grandes aportadores al latin-jazz. Creó la batanga, fue compositor, pianista y dejó al mundo a otro grande, su hijo Chucho Valdés, cubanos jazzeros de pura raza. No entraré en detalles esta vez pues hay miles de publicaciones sobre su muerte que explican con detalle la de este genio. Solo quiero dejaros un buen disco para escuchar de fondo, el último que grabó con su hijo, Bebo y Chucho Valdés juntos para siempre, y para el que tenga prisa, le pongo Obsesión, fusión de latin-jazz con flamenco, en la que colabora con Diego el cigala, cantante al que tuvimos el gusto de recibir en la plaza del cardenal Belluga a cuenta del Exc. Ayto. de Murcia este año pasado. La "mitiquísima" Lágrimas Negras la enlazo por respeto al lector, que los periodistas del resto de publicaciones parecen pensar que fue lo único que hizo:

Concierto Bebo y Chucho Valdés


Obsesión



Puro Jazz




Por Conde Chócula (Aresti)

sábado, 23 de marzo de 2013

La violencia como paso a un cambio de sistema


Como véis no paramos de trabajar para conseguir a los mejores viñetistas a nuestro alcance para traeros el mejor humor gráfico que hoy por hoy parece haberse relegado a Cuanta razón, 9gag y demás homólogos del absurdo. Hoy os traemos un trabajo antiguo de nuestro nuevo colaborador, Fran Fernández. La tira la protagoniza Chico Triste, un muchacho que no entiende las actuaciones de esta sociedad. Por ejemplo, un tema candente y que no pasa de moda desde que se le pegaba fuego a los primeros caciques, es la pasividad de los ciudadanos a la hora de aguantar los azotes de nuestros oligarcas. Esto se puede deber a tres factores teniendo en cuenta que la crisis se ha cebado más con los más desfavorecidos, los parias, y no son ellos los que suelen llevar adelante las revoluciones pues la historia nos ha enseñado que son las clases medias y burgueses los que asaltaban Bastillas:
  1. Dispersión de la identidad social: El sentimiento de pertenencia a una clase se ha perdido; además de una dispersión geográfica.
  2. Hiperpsicologización de la población: Nuestro problema es solo nuestro y cada uno tiene que buscar su propia salida.
  3. Se cree que no se han agotado las posibilidades no violentas: Las revoluciones violentas se usan para cambiar mucho, no poco. A diferencia que en los 70 y 80 el mundo occidental no concibe una revolución violenta, quedando esta opción devaluada.

Por Conde Chócula (Aresti)

Fuentes: Yorokobu

viernes, 22 de marzo de 2013

Opiniones sobre Google Glass



No es muy común leer una entrada mía en este blog que hable sobre tecnología, pero en este caso no he podido evitarlo. Hoy toca hablar de cacharros, en concreto de Google Glass. Estas gafitas aunque fueron anunciadas en serio hace ya casi un año, ha sido hace unos días cuando se han podido solicitar (previo pago) ejemplares de prueba que, por supuesto, ya se encuentran agotados. Antes de seguir, echadle un vistazo al siguiente vídeo promocional, para que os hagáis una idea de cómo funciona este cacharro.


En el vídeo se ve que están disponibles las siguientes funciones:
  1. Grabar vídeo.
  2. Echar fotos.
  3. Buscar en Bing Google.
  4. Videoconferencia, las cuales tienen pinta de realizarse a través de los Hangouts de Google+.
  5. Navegador. Además de GPS también parece tener integradas las funciones de búsqueda de Google Now.
  6. Traductor
  7. Todo lo anterior está respaldado por MUCHO reconocimiento de voz.
Dejémonos de rodeos, Google Glass hace exactamente lo mismo que un móvil. De hecho, corre sobre Android, por lo que no es de extrañar que estemos ante el lanzamiento de un dispositivo del cual toda su parte software ya está construida y probada por miles de millones de usuarios. Que conste, esto aporta robustez y es algo genial, pero este bicho que se nos presenta tiene unas "tripas" bastante convencionales. Los chicos de Google han reutilizado trabajo previo y lo han empaquetado en un formato distinto, más hipster.

Pese a todo creo que las gafas pueden resolver un reto, que si bien está superado en el mundo real, no se le ha prestado la suficiente atención en móviles Android: el reconocimiento de voz. Quienes tengáis móviles de este tipo, antes de seguir leyendo, probadlo. Sinceramente, funciona de puta madre, pero no sé si tal cual funcionará igual de bien en movimiento y no hablándole directamente (el micrófono se encuentra en la montura de las gafas). Siendo prácticos, con un entrenamiento, es decir diciendo algún trozo de un texto para que el dispositivo sepa cuál es nuestra voz, este problema debería resolverse, más aún cuando todas las funciones de las gafas son activadas mediante la voz.

Aún así es necesario plantearse una serie de hechos. Primero y más importante, el precio. Parece que cuando este cacharro salga a finales de año, la broma tendrá un precio aproximado de 1500$. No os preocupéis, dentro de nada podremos disfrutar de nuestros screeners  de películas de la filmoteca grabados con estas gafas que, por supuesto, no llevarán cristales. Segundo, las gafas no poseen conexión a la red de datos, sino que deben conectarse a un móvil para conseguir acceso inalámbrico a Internet. Los de Google no quieren llevar la radiación emitida por los teléfonos móviles a la cara. Parece ser que no quieren descubrir de manera definitiva si este tipo de señales producen cáncer o no.

Pese a sus limitaciones, estas gafas tienen un potencial increíble. Por un lado el hecho de que permitan grabar en primera persona es una pasada y justificaría su uso en numerosas ocasiones, e incluso el desembolso de una cantidad de dinero tan elevada. Me atrevo a predecir que en unos meses tras su salida vamos a ver bastantes vídeos que aprovechen esta peculiaridad. Segundo, la cercanía del gadget al usuario plantea nuevos escenarios. Si siempre llevas puestas las gafas, puede decirse que forman parte de ti hasta un punto que sería inalcanzable para un móvil. Imaginaos pedir comida directamente o reservar una habitación sólo mediante el uso de la voz. En general, lo que estas gafas aportan es lo que yo denominaría computación inconsciente, o lo que es lo mismo, sin darnos cuenta somos capaces de desencadenar procesos computacionales como puede ser la búsqueda de información o la transmisión de vídeo, entre otros.

De hecho el problema de la grabación de vídeo en primera persona y de que ésta pueda realizarse de manera invisible al resto de la gente ha motivado la iniciativa Stop The Cyborgs. Este movimiento afirma que todo el mundo tiene derecho a no ser grabado, por la cual intenta frenar de algún modo que estos nuevos cyborgs puedan dedicarse a grabar, consciente o inconscientemente, lo que sucede en un determinado lugar. ¿Puede convertirse Google en el nuevo Gran Hermano con sus gafas hipster?

Google Glass es una gran oportunidad para ver si este tipo de dispositivos pueden tener futuro. Quién sabe, tal vez en una década todos llevemos nuestras caras llenas de cacharros y recordaremos que esto fue el principio. O tal vez entrará al cementerio de productos fracasados de Google.

Pepe "Puertas de acero" Pérez

jueves, 21 de marzo de 2013

Georges Brassens, el "chansonnier" pornógrafo



Vuelve la pornografía al blog, pero esta vez de un modo bien distinto. La pornografía, además de ser bálanos volando doquiera que se requiera una excitación, se define como una muestra obscena, que ofende al pudor, y en la forma puede ser tanto literaria como artística. De modo que cuatro vascos, cada uno en la esquina de una habitación espetándose "jódete, jódete" podría considerarse como una manifestación artística pornográfica. Pero el resumen al absurdo solo nos sirve para aligerar el proceso cognitivo de un término, ya que lo que nos ocupa en este post es una pornografía mucho más estudiada, letrada y como no, tan ácida como el vino más torpemente fermentado. Así pues, hablemos de Georges Brassens, ese poeta pornógrafo que hizo de su anarquismo su arma fálica más dura, dando "vergazos" a todo aquel que se opusiera a una persona libre, que diera cobijo al ladrón y a los filibusteros que moran las casas subvencionadas con el dinero del vulgo.

Y para presentarse, mejor que mi prosa sus versos, así que empezamos con "Je suis un Voyou" (Soy un granuja):
He perdido el norte
al perder a Margot,
que se casó, contra su voluntad,
con un triste santurrón,
ella debe tener en este momento
dos o tres críos que lloran
para que le den de mamar
y yo, yo he mamado de su madre
mucho antes que ellos.
Que el buen Dios me perdone
yo estaba enamorado.

Que me perdone o no
por otra parte, me trae sin cuidado
Yo tengo ya mi alma condenada,
soy un granuja
.


Ya desde su primer disco dejaba clara como iba a ser su pluma, un arma de doble filo, que hace reir al oprimido y encorajinar al fantoche. La religión casta y pura no fue lo suyo y hablar de las bellas damas... eso sí, pero no de su belleza inmaculada esculpida por los ángeles y guardada también por estos, pues en ese extracto de la canción le muerde los pechos a la dama mientras ella ora, y relata que ella lo aparta, pero como toda mujer es fachada y le vuelve a dejar mamar de sus senos los cuales mamarían sus futuros hijos.
<< Dios, si existe, exagera >> (Georges Brassens)

Le Gorille

Pero claro que no todo va a ser follar, ¿o sí? Una de sus más impactantes y afamadas canciones habla de un gorila que anda suelto por las calles de un pueblecillo. Todas las madres recogen a sus hijas en casa, ¡que no vean al gorila! Pues este, en pleno jolgorio hormonal corre deseoso de encontrar un hoyo donde perder su virginidad. Al saber esto, las niñas que antes miraban sus noblezas con rijosos ojos se ocultan. Pero la suerte no es igual para todos y pilla por sorpresa a un juez y una vieja decrépita. ¿Qué haría el oyente? ¿A quién elegiría? Claramente a la vieja decrépita, ¿no?, que aún teniendo las carnes descolgadas sigue siendo fembra. Pero no, el simio prefiere al joven juez y se dispone a sodomizarlo. El juez que se creyó salvado ante la disyuntiva macho/hembra presente, ahora grita horrorizado, "¡Mamá!" y llora, como el hombre al que hizo cortar el cuello esa misma tarde.


Encarcelado por un desafortunado accidente de desaparición de joyas, Brassens pasa un año a la sombra. Cuando sale de prisión consigue un trabajo en Renault, el cual pierde al destrozar la fábrica una de aquellas bombas que solían caer entre el '39 y el '45 en el postnombrado estado Vichy. Poco después lo mandan al frente alemán, pero una vez allí escapa, convirtiéndose en un deshonroso déserteur permaneciendo escondido en la habitación de L'Auvergnat de marzo de 1944 hasta el 24 de agosto, día de la liberación de Francia. Es aquí cuando su vida se calma y comienza su carrera como anarquista activo intentando fundar su propio periódico y escribiendo para uno de su misma ideología posteriormente. Pero su pluma le delata, y descubierto por la cantante Patachou empieza a cargar en bares de los suburbios franceses y escenarios subterráneos contra la burguesía francesa.
<< El mejor vino no es necesariamente el más caro, sino el que se comparte. >> (Georges Brassens)
Brassens es un mago de la metáfora, sutil e insultante, que transmite una tranquilidad al ser contada que no es capaz de causar sobresalto ni escándalo más que cuando se piensa. Ironiza con los bienaventurados aburguesados y no tiene problema en usar palabras malsonantes de las cuales no hace excesivo uso más que el suficiente para el chirrío de los oídos nobles, e incluso se ríe de sí mismo y del uso de éstas, su medio de trabajo. Una imprescindible:

Le Pornographe


Antes, cuando era un niño
Le tenía fobia a las palabrotas
Y si pensaba “mierda” bajito,
No llegaba a decirlo
Pero
Hoy día que mi medio de sustento
Es hablar como un bufón
Ya no pienso “mierda”, pardiez
Pero lo digo.

Mi mujer es, dicho sea de paso,
De un natural concupiscente
Lo que la lleva a ponerse desnuda
Debajo del primero que llega
Pero,
¿Me está permitido, seamos sinceros,
de contarlo en el café-concert
sin decir que ella padece
de ninfomanía sobreaguda?
Yo soy el pornógrafo
Del fonógrafo
El polizón
De la canción



Si el lector conoce su trayectoria ya sabrá que no me queda mucho para que le hable de sus imitadores y admiradores españoles los cuales permitieron que su canción trascendiera al sur del pirineo. La Mandrágora, aquel bar del barrio de La Latina se convirtió en el escenario de un disco improvisado por Javier Krahe, Joaquín Sabina y Alberto Pérez. Javier Krahe siente absoluta devoción por Brassens. Es una de sus B, entre las que cuentan Buñuel y Borges. Tanto es así que cuando iba a rondarle la otra noche a Marieta no era más que la versión española de Marinnete; y el vecindario donde algún niño se haga pis es un barrio francés con urea y amoníaco de un niño francés, probablemente de Sete, la canción L'Orage.
<< Era el más sabio y el más anticonformista, pero anticonformista por dentro, no por fuera. El más grande de todos, el Johan Sebastian Bach de la canción de autor. Cuando cuidaba las vacas iba cantando las canciones de Brassens hasta que descubrí la profundidad de sus canciones, y si estoy en la canción es gracias a Brassens. >> (Paco Ibañez)
Y probablemente a la más afamada canción de Brassens le puso voz Paco Ibañez y no es otra que La mala reputación, la cual nos canta ahora Brassens, con esa pronunciación de la "r" que parece el ronronear de un gato:

La Mauvaise Réputation




A los 60 años, un Brassens ya envejecido muere por un cirrosis hepática. Murió donde vivió, en un suburbio de Ste, su pueblo natal. El testamento fue otro de sus grandes éxitos, el premeditado epitafio que antaño escribió con ironía y una gran profanía: <>. Añade que todavía sueña con una enamorada, con decir una vez te quiero o <>, que es la margarita de los muertos. Y por último aconseja con ironía implacable a su viuda que se case con un hombre parecido a él y así le sirvan sus zapatillas, sus botas, sus trajes, que fume su tabaco y beba su vino, pero que nunca por favor azote a sus gatos.

Cuentan Sabina y Krahe que tras escuchar el disco Trompe La mort de Brassens, quedaron tan alucinados que se pusieron a escribir una canción cada uno y de allí salieron dos genialidades de la música de autor española que son Pongamos Que Hablo De Madrid y Dónde Se Habrá Metido Esta Mujer, las cuales aseguran que son pura inspiración de Brassens.

Solo me queda añadir que Brassens ha sido por los jóvenes y menos curiosos musicalmente ese artista olvidado y desconocido, derrochador de genialidad que ha inspirado a cantidad de músicos con tan solo un contrabajo, una guitarra y unas de las mejores letras que vaya a escribir la ironía humana. Su huella queda en Serrat y su Penélope (Penelope de Brassens), en Loquillo y su Feo, fuerte y formal (Le copain d'abord de Brassens). Ha quedado en la tinta de las plumas de muchos de nuestros artistas más reconocidos, y aquí le hago yo mi particular homenaje.




- Lista de sus canciones en Spotify.


Por Conde Chócula (Aresti)

miércoles, 20 de marzo de 2013

Recomendaciones cinéfilas 2013: Searching for Sugar Man



Si echamos la vista atrás a la última gala de los Oscar, podemos advertir que el nivel del cine de Hollywood ha bajado alarmantemente el nivel en los últimos años. El hecho de que la aceptable Argo haya ganado la estatuilla a mejor película, con teatro del bueno, de ese que gusta a los yanquis incluido (véase la entrega del premio desde la Casablanca), hace pensar que, si bien estamos asistiendo a una década atascada en lo cultural, simplemente cada vez los gustos son lo más convencional posible.

A pesar del horror que me provocan la mayoría de los galardones, salvo honradas excepciones, como Daniel Day-Lewis, si rebuscamos en las categorías estas que no salen en los telediarios, esas de las que no se habla si fulano/a lleva un Valentino, un Galliano o un la madre que les parió, todavía encontraremos algo que de verdad merezca la pena. Si nos fijamos en la categoría Mejor Documental, vemos que ha ganado uno que responde al nombre de 'Searching for Sugar Man'. Y es entonces cuando se ve que aún queda caviar en el Mar Negro, porque es brillante.

'Searching for Sugar Man' nos narra la historia de Sixto Rodríguez, un cantautor de los años 70, de raíces mexicanas y obreras, al que no conoce ni Dios. El que lo conozca sin haber visto previamente el documental, que levante la mano. Bajo el nombre artístico de Rodríguez, este señor fue descubierto por un par de productores musicales tocando de espaldas en un bar de mala muerte en Detroit, la ciudad industrial por excelencia, la Detroit Rock City que decían los Kiss. Inmediatamente, al escuchar dos o tres canciones se enamoraron tanto de música como letra del misterioso cantautor.

Así, Rodríguez grabó dos discos de estudio, Cold fact (1970) y Coming from reality (1971). Tanto productores, crítica y entendidos del mundillo musical lo bautizaron como el nuevo Dylan, y no se equivocaban, sus canciones son dignas de tamaños elogios. Sin embargo, esto de la música, discográficas y listas de éxitos no es una ciencia, y el fracaso de estos preciosos discos fue rotundo. En un lugar tan xenófobo como los Estados Unidos no es de extrañar que la gente haga caso omiso de un autor hispano, amén de que la publicidad que se le haría no sería gran cosa.

Sólo añadiré que, misteriosamente, Rodríguez alcanzó gran éxito en Sudáfrica, convirtiéndose en semilla musical de la revolución social que tendría lugar en 1990 con el fin del apartheid, ese sistema de marginación sobre la inmensa mayoría de raza negra que poblaba las calles de Sudáfrica. El documental se ocupa entonces, de la búsqueda de Sixto Rodríguez por parte de dos frikis sudafricanos, puesto que nada se sabía acerca de este enigmático músico. Lo único, que en un concierto se había suicidado autoincendiándose, aunque no se sabe a ciencia cierta, y esto es lo que van a investigar los dos tipos.

Realmente es un documental precioso, muy entretenido y emotivo. Es imposible ir descubriendo los recovecos de la historia del personaje sin quedarte boquiabierto, y sobre todo, no alucinar al escuchar esas obras maestras de la música contra lo establecido, canciones protesta, que nos trasladan a las calles más mugrientas, a los personajes más solitarios, y al amor más sencillo. Lo misterioso de Rodríguez le acompañó durante su breve y brillante carrera, ocurriendo incluso que en una canción tristísima de su segundo disco, titulada Cause, dicen los dos primeros versos: 'Cause I lost my job, two weeks before Christmas'. Y, efectivamente, la profecía se cumplió, al año siguiente, tras los dos fracasos discográficos, la productora lo puso de patitas en la calle, exactamente dos semanas antes de Navidad.

En definitiva, ved esta joyita en cuanto podáis, es de estas películas que te dejan con la sonrisa en la cara, y con la sensación de que aún hay esperanza, tanta más cuantos más Sixtos Rodríguez existan por el mundo.

martes, 19 de marzo de 2013

El policía amigo

La policía, ese órgano a veces tan al servicio del ciudadano que por su cercanía es capaz hasta de mimetizarse con él y motivarlo con geniales ideas. Si te acabas de pelear con tu mujer no dudes en que habrá un policía cerca para tenderte un cuchillo; si tu jefe te hizo hacer horas extra, allí estará, con unas tijeras para cortarle los cables de los frenos del coche; pero si se trata de defenderte cuando el rey de inglaterra entre en tu casa a darte patadas, ¡oh! ... ahí no los esperes.

Vuelven las viñetas, esta vez por Bruno Laencina:

lunes, 18 de marzo de 2013

El derecho a grabar tus propias conversaciones.



"Le informamos de que esta conversación será grabada para mejorar la calidad del servicio y usar en cualesquiera casos que nos beneficie, especialmente si se compromete por accidente a vivir en una semi esclavitud para sustentar a la compañía o nos vende su alma". Pero eso sí, las compañías telefónicas que nos brindan tal información cuando hablamos por teléfono jamás conservarán las grabaciones que les perjudiquen. Hijas de puta. 

¡Y después de desahogarme pasemos a la divulgación jurídica! ¿Sabíais que tenéis el derecho a grabar vuestras propias llamadas? El ordenamiento nos brinda la posibilidad, basada en las garantías constitucionales, de poder almacenar cualquier llamada que realicemos sin necesidad ni consentimiento de la persona que participa en nuestras conversaciones. Como podéis confirmar aquí existe una doctrina jurídica que respalda este derecho, lo que se ve reflejado en este extracto de una sentencia de la Audiencia Providencial de Madrid:

"[...] la grabación de una conversación que tiene lugar entre dos personas y que uno de los intervinientes desea conservar para tener constancia fidedigna de lo tratado entre ambos, no supone una invasión de la intimidad o espacio reservado de la persona ya que el que resulta grabado ha accedido voluntariamente a tener ese contacto y es tributario y responsable de las expresiones utilizadas y del contenido de la conservación, que bien se puede grabar magnetofónicamente o dejar constancia de su contenido por cualquier otro método escrito. Cuando una persona emite voluntariamente sus opiniones o secretos a un contertulio sabe de antemano que se despoja de sus intimidades y se las trasmite, más o menos confiadamente, a los que les escuchan, los cuales podrán usar su contenido sin incurrir en ningún reproche jurídico"

¿Y por qué es esto importante? Junto a este derecho el ordenamiento también reconoce la posibilidad de utilizar la grabación de la cual eres parte, y que has realizado sin consentimiento de los demás intervinientes, para lograr unos intereses legítimos. Es decir, estas grabaciones se pueden aportar en un juicio. Ya no solo como prueba ante cualquier acusación de orden penal o de reclamo de un castigo punitivo (puedes demostrar que te han amenazado, que no han respetado tus derechos del consumidor, que te han insultado...) sino como para probar la existencia de un contrato, dado que en nuestro ordenamiento no existe por norma general la obligación de que los contratos tengan una forma establecida; lo que supone que si alguien se compromete por teléfono contigo a hacerte un descuento o a no cobrarte el siguiente mes es legalmente exigible.

Respecto a esto ha salido al mercado una gran aplicación: burovoz; la cual te permite grabar tus conversaciones certificando su autenticidad para demostrar que no han sido modificadas para que puedan ser aportadas con facilidad en el juicio. Así que ya sabéis, cuando vayáis a quejaros a una gran compañía usarlo, o cuando alguien os llame para alegraros el día con amenazas o insultos.


Monsieur le tupé.

domingo, 17 de marzo de 2013

El arte de describir un cunnilingus musicado [Una canción antes de dormir]

Pintura de Luis Eduardo Aute

Luis Eduardo Aute es un artista singular, único, pintor de nacimiento; poeta y músico hecho en la vida. En su trabajo el referente más evidente es el culto a la mujer, tanto en el plano espiritual como en el carnal.
<< Un maestro. Quizá es el tío más artista que conozco. Desde que se despierta hasta que se acuesta solo piensa en hacer un cuadro, una película o una canción. En el proceso de creación no se toma vacaciones jamás.>> (J. Sabina)
Describe escenas tan deliciosamente que en su pluma hasta el sexo oral resulta poético, porque, aun para el escándalo de algunos, lo es, y eso Aute lo sabe y lo expresa como nadie. Y no solo eso, llega hasta el final, cuando el "ícaro cae exterminado al mar de los naufragios". Esta canción es para dormir, que cada uno elija el como, pero si por algún casual quien me lee decide hacerlo escuchando primero esto no podrá evitar secarse los ojos mojados por las cataratas femeninas que aute le eyecta con su tinta, ni la sonrisilla y el rubor provocados por descubrir ocultas escenas sumamente obscenas para la mente y tan líricas para el ser. Mojándolo todo, más claro no puede ser.



Tendida
con los muslos como alas abiertas
dispuestas al vuelo
me incitas me invitas a viajar
por lácteas vías
y negros agujeros
levemente desvelados
por tu mano que juega
con pudores y sudores
enjugando entre pétalos de carne el estigma
de tu flor mas desnuda
mojándolo todo
mojándolo todo
volando por universos de licor.

Húmedas llamas
los labios que con tus dedos
delicadamente delatas, dilatas para mí
mostrándome obscena la cueva del milagro
por donde emana el líquido rayo
de la vida incandescente fuente,
lechosa lava salpicaduras de agua
profunda que inunda
mojándolo todo
mojándolo todo
volando por universos de licor.
mojándolo todo

Mi boca
besando tus labios incendiados
se dispone a beber
en tu cáliz de polen y licor
y, entre zumos y zumbidos
de olas y alas,
libidinosamente libar
el néctar
de la flor de tus mareas...
lamiendo la miel salada que te fluye
y quema mi lengua que vibra, lasciva,
entre savia y saliva
mojándolo todo,
mojándolo todo,
volando por universos de licor.

Mis alas
de cera batiendo, combatiendo
tu fuego en oleadas
de ardientes espumas y plumas
e Icaro volando
tan alto, tan alto
que a punto de entrar en el jardín del Edén
fundido su vuelo por tu derramado sol
cae como el angel exterminado
al mar de los naufragios
mojándolo todo,
mojándolo todo,
volando por universos de licor..

mojándolo todo,
mojándolo todo,
volando por universos de licor...


 Por Conde Chócula (Aresti)

viernes, 15 de marzo de 2013

Planilandia [Recomendación centrífica]



Llevo mucho tiempo intentando escribir una entrada de este tipo. Saben bien mis amigos y compañeros de Mente Enjambre que tengo en mente la idea de publicar de manera recurrente artículos sobre libros, pero como es un tema complicado y aún hay mucho que perfilar, he decidido dar el primer paso, describiendo mis impresiones sobre un interesante libro centrífico científico. La obra que terminé de devorar a principios de esta semana se llama Planilandia: una novela de varias dimensiones (original en inglés: Flatland: A Romance Of Many Dimensions) y trata sobre cómo es la vida en un lugar totalmente plano, donde se ha construido una sociedad cuyos habitantes son polígonos.

Nos encontramos en 1884 y el autor, Edwin A. Abbot, sumergido en plena época victoriana, decide con esta sátira poner de manifiesto las particularidades y defectos de la sociedad que le ha tocado vivir. Para ello no decide narrar una novela con personajes reales cuyas peripecias reflejen la situación de la Inglaterra del siglo XVIII, sino que ubica al lector en un mundo plano que comparte algunos aspectos con la sociedad victoriana.

Planilandia es un país plano. No se trata de un lugar plano en el único sentido de que su superficie sea plana respecto a la disposición del terreno. Sino en el sentido de la definición matemática, por tanto es un país en dos dimensiones, donde el movimiento sólo es posible hacia el norte/sur o en dirección este/oeste. Los conceptos arriba y abajo son ajenos a sus habitantes que, pese a estas limitaciones, llevan una vida completamente equiparable a la nuestra.

El libro describe en su primera parte una profunda y arraigada jerarquía social, la cual excluye por completo a las mujeres. Por este motivo son representadas mediante una línea recta y son consideradas idiotas hasta tal punto que los hombres les hablan en un lenguaje más sencillo, al contrario del lenguaje formal que emplean para comunicarse entre ellos. El primer nivel lo componen los triángulos isósceles, que poseen dos lados iguales. Son la clase baja, los sirvientes, los soldados y los policías. Son violentos e impredecibles. El siguiente nivel es ocupado por los triángulos equiláteros, el siguiente por los cuadrados, el siguiente por los pentágonos, etc. Conforme el número de lados aumenta puede decirse que lo mismo sucede con el prestigio social del individuo. La parte más alta de la jerarquía la constituyen los círculos, los cuales son realmente polígonos de muchos lados, tantos, que son considerados como círculos. Adoptan el rol de sacerdotes, entre los cuales el más importante es el sumo sacerdote que es la autoridad moral y religiosa de Planilandia.

En esta primera parte también se describe cuál es el proceso de percepción, es decir, cómo son capaces de reconocerse entre los habitantes. Básicamente el autor expone que hay tres maneras diferentes: oyendo, sintiendo y mirando. Oyendo las voces del resto de polígonos, puede diferenciarse a un cuadrado de un equilátero, por ejemplo. Por desgracia es la menos empleada, ya que las clases bajas falsifican sin esfuerzo las voces de otras personas, por lo que sólo se emplea para que los isósceles se reconozcan entre ellos.

La segunda, sintiendo, implica un contacto físico. Es la empleada por la mayoría de individuos de las clases bajas y medias-bajas e implica sentir físicamente el borde del polígono. Ya que para poder sentir el borde es necesario acercarse, este contacto supone un problema a la hora de reconocer los polígonos más puntiagudos, como los equiláteros, los isósceles y las mujeres (¿qué hay más puntiagudo que una línea recta?) ya que si se entra en contacto demasiado rápido puede ensartarse el objeto reconocido en el polígono que está efectuando el la acción de sentir.

 La tercera y última forma de percibir está reservada a las clases medias y altas (de cuadrados en adelante) y se basa en la vista. Para comprender esto hay que entender que una figura que habite en un plano percibe todo como si de una línea recta se tratase. Al igual que nosotros si cerramos un ojo lo que percibimos son imágenes bidimensionales de una realidad tridimensional, un polígono percibe a otro polígono  con su ojo como si de una línea recta se tratara (por así decirlo se pierde una dimensión).

De esta manera, en principio un hexágono y un cuadrado vistos de lado, serían iguales, sólo diferenciándose en su anchura. Por suerte para los habitantes de Planilandia, existe una niebla en muchas regiones del país. Esta niebla atenúa la intensidad con la que la línea es percibida, hecho que permite reconocer a los demás individuos. Cuantos menos lados disponga la figura a reconocer más rápido se desvanecerán, porque simplemente hay más niebla entre el observador y lo observado. En la figura a la derecha de este párrafo puede apreciarse cómo un pentágono se ve de lado. Donde menos niebla hay es entre el observador y el vértice del pentágono. Conforme se aleja del vértice cada vez hay más niebla, lo cual atenúa la intensidad con la que se percibe la línea. Si por ejemplo fuera un cuadrado visto de lado, la línea no se atenuaría, sino que se mantendría con la misma intensidad, ya que la distancia entre el observador y el lado del polígono observado siempre es constante. Unas líneas más arriba puede verse cómo sería la proyección visible de un cuadrado. Juzguen ustedes si hay diferencia o no.

La segunda parte del libro es una verdadera fiesta dimensional (sí, soy un poco dimensionófilo). El narrador de la novela, que responde al nombre de A. Square (nótese el juego de palabras entre la inicial A, inicial Anthony, Albert, entre otros; y el apellido Square, que significa literalmente cuadrado), es visitado por una esfera. El protagonista la percibe como si de un círculo se tratase  (una recta cuyos lados se desvanecen de manera gradual en la niebla) pero cuya anchura varía conforme la esfera atraviesa el plano. En el siguiente vídeo puede verse como sería este fenómeno visto desde el espacio y cómo cada sección de la esfera cortada con el plano es, efectivamente, un círculo. En la parte inferior del gráfico mostrado puede verse como realmente se vería la esfera de "lado", con la línea desvaneciéndose en los extremos.


La esfera le comenta que lo que está sucediendo es que se está desplazando en una dimensión adicional, pero que él es incapaz de percibirla. Nuestro protagonista no comprende cómo puede haber algo más que norte/sur o este/oeste, por lo que se angustia ante la existencia de un arriba/abajo ajeno a sus sentidos. Desesperada, la esfera lo extrae de su plano y el protagonista, ya en el espacio, comprende lo que la esfera le ha dicho. Posteriormente es retornado a Planilandia y bueno, no os voy a contar lo que sucede. 

En lugar de destriparos el libro entero, quiero dar mi opinión sobre la experiencia que ha supuesto su lectura. El libro carece de fórmulas matemáticas. Todos los conceptos, que no son muchos, son explicados de manera intuitiva. La crítica que realiza a la jerarquía social victoriana y cómo se mantiene abriendo las puertas de las clases bajas a las clases medias y altas (no lo he dicho, pero de vez en cuando de la unión de dos isósceles aparece un equilátero el cual es bienvenido en la sociedad) es realmente interesante. Pero no todo es crítica, el libro plantea un argumento muy interesante cuando el narrador es visitado por un objeto tridimensional. En efecto una esfera es percibida como si fuera un círculo que puede cambiar su radio según qué porción corte con el plano, al mismo tiempo que también puede no estar en contacto y desaparecer o lo que es lo mismo, puede ser una entidad externa a un plano. Soy incapaz de evitar plantearme las siguientes preguntas: ¿es posible que ciertas entidades que observamos en nuestro mundo sean la proyección tridimensional de una entidad tetradimensional (4D)? ¿Es posible de alguna manera salir de nuestro espacio (como hace la esfera del plano) y entrar por otro lugar?

Os recomiendo que lo compréis o descarguéis (el libro no tiene derechos de autor ya) si os interesa un libro divertido y que al mismo tiempo os abra la mente a plantearos la realidad de otra forma.

Título: Planilandia: una novela de varias dimensiones.
Autor: Edwin A. Abbott.
Calificación: 4/5

Pepe "Puertas de acero" Pérez

miércoles, 13 de marzo de 2013

Drama de época: el cine histórico que está de moda


 Cuando nos disponemos a ir al cine, ese plan otrora tan popular y ahora tan doloroso para el bolsillo, se suele hacer casi siempre por una de estas tres razones: o se es un amante de las ficciones audiovisuales, o es el plan que ha propuesto nuestra pareja (vamos, que hay que ir por narices), o bien porque no hay nada mejor que hacer y nos vemos seducidos por algún estrenazo, taquillazo o como se le quiera llamar, tras la bombardera sutil y asesina delicada campaña publicitaria a la que nos someten las productoras. Dentro de este grupo de gente, si nos quedamos con los que van al cine porque les gusta realmente, tendremos un porcentaje bastante reducido, y si rebuscamos muy entre lo hondo, quizá en lo más profundo del saco, encontraremos un grupo minoritario a más no poder: aquel espectador que se interesa por las producciones históricas.

Está claro que uno va al cine para entretenerse, a ser posible de forma agradable y sin pasarlo mal, pero hay veces que la gente asidua de la ficción histórica en el cine tiene que apechugar con cada bodrio perpetrado por los mayores villanos que la Tierra haya visto, en forma de manipulación de la mente, que se le quitan a uno las ganas de volver a pisar una sala de cine. Otras veces estas historias cojean por haber elegido guiones que rozan el ridículo, o que simplemente no son nada apasionantes (y anda que no hay historias interesantes dentro de la Historia), por lo que el respetable se puede quedar a medio camino entre la carcajada y el bostezo.

Y como para dormir ya tenemos nuestras salas de cine y para ver películas nuestras camas (¿o era al revés?), me dispongo a hablar un poquito de un género dentro del histórico, que ha sido bastante explotado (y además suele mezclar las camas con el cine, todo sea dicho): no me estoy refiriendo a otra cosa que a los dramas de época. Estas producciones son aquellas que abordan una historia, ya sea real o ficticia, dentro de un marco histórico, que en su inmensa mayoría corresponde a los siglos XVIII-XIX. Dicha historia versa sobre las desgraciadas aventuras y desventuras de un protagonista, o de trágicas relaciones amorosas entre los personajes. Lo habitual es que ambos elementos se viertan y agiten formando un delicioso cóctel. Para entendernos, son las típicas historias de gente con pelucas y vestuarios grandilocuentes, que viven en palacios gigantes, las típicas historias que le gustan a nuestras madres.

Fotograma de 'Las amistades peligrosas'
Los dramas de época suelen tratar (aunque no tiene por qué) las relaciones que se establecen entre los distintos personajes pertenecientes a la alta aristocracia, las intrigas de palacio en las que se inmiscuyen y sus más ocultas pasiones. Esa misma alta sociedad en la que cada miembro tiene en la falsedad el espejo predilecto en el que mirarse, donde las traiciones están a la vuelta de la esquina. Básicamente el gran interés de ciertos dramas de época es ver quién consigue mantener el tipo, quién juega mejor sus cartas, quién es más falso de quienes están compitiendo por un determinado objetivo, ya sea arrebatar unas tierras al primo para regocijarse en su desgracia, o ponerle los cuernos a la mujer de un amigo y luego ir de burdeles con él. Es esa misma nobleza hipócrita que fue retratada en sus más bajos y humillantes fondos por ese genial cineasta que es Luis Buñuel, y esa joyita satírica que fue 'El ángel exterminador'.

Una vez explicado grosso modo en qué consiste eso del drama de época, si uno se coge la cartelera de los últimos meses y de lo que está por venir, mirará y dirá: --¡Ostia, Patxi, si parece que hay tres o 10 dramas de estos!--. Y es que, en efecto, los dramas de época están últimamente de moda: la psicológica y bastante interesante 'Un método peligroso', amén de las enésimas adaptaciones de los clásicos más clásicos como 'Cumbres borrascosas', 'Grandes esperanzas', 'Los miserables', 'Jane Eyre' o 'Ana Karenina', entre otras. Ni que decir tiene el tremendo éxito que está cosechando en U.K. la serie de televisión 'Downton Abbey'. Los resultados podrán ser más o menos mejores, pero la idea está clara. Y es que, si bien se puede decir que estamos en una década horrible a nivel de ideas culturales y por eso están resurgiendo estas grandes historias que fueron escritas en su día por Victor Hugo, Dickens, Tolstói, etc, mientras estén bien ambientadas y representadas con cierto tino, la película va a ser, a la fuerza, interesante.

Es entonces cuando el curioso lector se pregunta, ¿y a cuento de qué viene todo este recital de cine de época? ¡Si eso sólo son penurias! Pues bien, estas tribulaciones escritas anteriormente, tan propias de alguien que se eriza al oír el erótico sonido de un clavichémbalo, se deben a que recientemente ha asaltado la cartelera española, un excelente drama de época danés: 'Un asunto real'. La dirige Nikolaj Arcel, el que fuera guionista de la primera adaptación de 'Millenium: los hombres que no amaban a las mujeres', un cineasta que he de reconocer que me era totalmente desconocido y vaya si me ha resultado satisfactorio contemplar una película suya.

Fotograma de 'Un asunto real'
'Un asunto real' trata, como su propio nombre indica, de un suceso histórico real, que es sobre el que gira toda la trama. Nos situamos en la Dinamarca del último tercio del siglo XVIII. La princesa inglesa Carolina Matilde es obligada a desposar con el rey danés, Cristián VII. Toda su vida ha soñado con ese momento, creyendo que su rey va a ser un príncipe azul, pero todo lo contrario, es un joven impetuoso y medio loco, que a veces más que un adulto parece un crío consentido, más fan de las rameras de los burdeles que de su joven esposa. Durante un viaje por Europa, el rey contrata a un médico alemán, Johann Struensee, hombre culto, de ideas ilustradas y con gran conciencia social. Struensee se convertirá en amigo del rey y poco a poco le irá influyendo para crear un gobierno a su antojo. A la par médico y reina van entablando una amistad que va en otra dirección, y hasta aquí puedo escribir. 

Tras arduas investigaciones en el fantástico mundo de Wikipedia, fuentes alternativas y en todos los entresijos del bolso de Mary Poppins, descubro que la película es fiel a la Historia, es decir, que con lo que estamos viendo para nada nos la están metiendo doblada, y eso es muy de agradecer. Obviamente, algunas situaciones están dramatizadas de más, pero seamos serios, si se hiciera una película histórica al pie de la letra, sería más aburrida que un guión con sus giros y sus frases célebres. Aunque el hecho de que no nos estén engañando no es para menos, puesto que en Dinamarca la historia que se narra en la película es famosísima, se enseña en las escuelas y todo, y en esos países no es como aquí en España, que Spielberg nos pone como si fuésemos todos los españoles unos esclavistas negreros en 'Amistad' (1997) y no pasa nada. No, en Dinamarca al que manipule su historia con ánimo de lucro poco más que lo queman en la Plaza Mayor de Copenhague.

La película nos presenta una época perfectamente recreada, con un vestuario y ambientación impecables, se nota que se han gastado los dineros. Es una obra que no es corta (su duración es un poco superior a dos horas), pero en todo momento el interés es indudable, conforme van sucediéndose los acontecimientos te va atrapando su absorbente trama, y el tiempo vuela. Esto es uno de los mayores aciertos de la película, ya que los dramas de época muchas veces se desvirtúan preocupantemente hasta el peñazo más absoluto, y este es todo lo contrario: entretenimiento puro. Por otro lado, la historia de amor que se nos presenta es emotiva, sin caer en el melodrama simplón, y la trama política que también se aborda no hace sino mejorar el metraje.

Fotograma (más bien parece foto) de 'Barry Lyndon'
Si del reparto hablamos, sólo se puede alabar, entre los tres actores principales hacen que la película sobresalga. Si la actriz que interpreta a la reina, Alicia Vikander, está estupenda, poco se puede decir del intérprete que da su cuerpo y voz al médico Struensee, ese excelente actor danés que es Mads Mikkelsen, a quien muy prontito veremos dar vida en televisión a un Haníbbal Lecter de mediana edad. Por último Mikkel Boe Følsgaard, actor no profesional hasta el momento de hacer la película, hace creíble al rey loco que está interpretando con una soltura digna de elogio. Por cierto que Lars Von Trier ha colaborado en el guión del film, dato bastante curioso, pues la película tiene un trabajo tremendo de producción, y él es el creador del movimiento dogma, famoso por hacer las cosas a pelo.

En definitiva, que os animéis a echarle un ojo a películas de este estilo, porque hay algunas realmente buenas como 'Barry Lyndon', que es una maldita obra maestra, y 'Las amistades peligrosas', en la que los juegos sexuales de los aristócratas franceses nos sirven para entretenernos con sus pillerías. Y para aquellos miembros del sexo masculino a los que les dé vagancia extrema tirarse por este tipo de cine por miedo a perder su hombría, les diré que servidor es un gran admirador del deporte rey y simpatizante de los de riesgo, como la caza mayor de ocelotes o el ajedrez.

Pero eso es otra historia.


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