La navidad ya pasó, y el que siga teniendo un jamón en su casa se puede llamar un privilegiado. Pero en navidad, ¿cuántos lo tuvieron? ¿Cuántos lo tendrán? Si no puedes evitar la amargura de vivir sin un jamón en la encimera de tu cocina dale una alegría al afilador de tu barrio y sácale brillo al cuchillo, pon tu brazo, secciona y olvídate de todo, no tendrás ni que preocuparte por la sangre, nadie te juzgará por no recogerla.
Una iniciativa del ministerio de economía y competitividad.
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Viñeta de Fran Fernández
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