Cine clásico en tiempos de crisis

La televisión está fatal. Si bien nunca ha sido nada digno de loas y alabanzas, hace no tanto uno se sentaba delante de la caja tonta y podía creer que estaba viendo algo que le distrajese de los vaivenes cotidianos con un mínimo de calidad y que incluso le aportase algo como individuo. Si bien es verdad que algo de ésto está (aunque más bien con cuentagotas, las cosas como son) en aquellos canales del TDT en los que Cristo perdió las sandalias , lo que es verdad es que la gente los canales que ven son los generalistas. O séase, hacer zapping de la Uno hasta la Sexta, y poco más.

Cojamos pues la programación para la noche del lunes 24 de junio de 2013, que es la franja horaria de más audiencia, y por tanto, cuando las cadenas supuestamente tienen que sacar la artillería pesada, poner toda la carne en el asador. Si atendemos a las privadas, en Antena 3 dan una película, Corazón de tinta, protagonizada por Brendan Fraser (el protagonista de La momia), algo que, con todos los respetos, no me inspira la más mínima confianza. En cuatro dan Un príncipe para Corina, uno de estos realities o como diablos se llamen con los que uno se pregunta si en este país, o en general, en el mundo, las cosas se están haciendo como deben. Porque estas mierdas son formatos bárbaros, de más allá de los Pirineos y nuestras costas, no nos olvidemos. Por último la Sexta y Telecinco dan dos series de éstas que cuando has visto un capítulo ya los has visto todos, dos productos que yo creo que ya han repetido 500 veces, algo que, salvo que seas los Simpsons o Aquí no hay quien viva, no le veo ningún fuste. Por supuesto estoy hablando de El mentalista y C.S.I. 

Esta horrible programación es la de las cadenas privadas, en las que al fin y al cabo, quienes las regentan pueden hacer lo que les venga en gana y programar el asunto como más o menos consideren. No las estamos pagando todos, vaya. Sin embargo, cuando uno se va a la programación de televisión española, la que siempre ha sido la abanderada de la cultura, la que sí pagamos entre todos, a la que podemos exigir responsabilidades de primer orden, no le entran otras ganas que las de llorar y de matar a alguien. Sentimientos contradictorios, sí, pero bastante razonables. Dan en la 2 una comedia francesa del año 2006 que no pinta mal. Se llama El juego de los idiotas, pero el cabreo es notorio porque sabes que esta película ya la dieron allá por el mes de febrero de este mismo año. En la uno, el buque insignia de esta armada que se va a pique lamada RTVE, dan un telefilm patrio, El asesino dentro del círculo, un producto de TVE justamente, pero de una calidad bastante regulera.

La cuestión es, ¿ante tamaño panorama de desolación, no hay nada que se pueda hacer? Pues programemos cine clásico, puñetas, estoy harto de ver películas mediocres para rellenar horario cuando no hay nada que dar. Mire usted, póngame una película del 50 o del 60 que sea buena, dénme un ciclo de los grandes clásicos españoles (que los hay, oiga) que hagan quitarle a la gente el falso mito de que el cine español sólo es malo o está poblado de senos. Pónganme El verdugo, Plácido, Viridiana, cosas así. Porque si nos gustan mucho The Artist y Blancanieves, películas mudas en blanco y negro ellas, ¿qué mejor ocasión de que nos pongan clásicos que ahora que parece que un sector del público parece volver a aceptarlo? ¿De verdad tenemos que vivir con una mediocridad de pastiche teniendo TVE un archivo tremendo de películas? Porque yo he llegado a ver en la Uno películas del mismo padre y madre que las de Multicine de Antena 3, y eso no puede ser, de ninguna de las maneras.

Y a todas estas, cierto es que los jueves (creo que era) en la uno están poniendo películas de cine clásico a las 22:00 de la noche. Sin embargo, todavía no he visto (que alguien me corrija en caso contrario) que hayan puesto ninguna película en blanco y negro (salvo la navideña Qué bello es vivir), por lo que si bien puede ser que alguna hayan puesto, pocas serán. Insuficientes. Algunas de las mejores películas que se han hecho, las que más pueden emocionar, entristecer o hacer sonreir, aquellas con las que nació ese término de "magia del cine" son productos en blanco y negro. Cine retrospecter, de la Edad Media, le dirán algunos, y con razón, pero necesario en cualquier caso. Y más aún en estos tiempos de crisis, en los que tanto impera la falta de presupuestos, si TVE no tira de archivo ahora, no sé yo cuándo narices lo va a hacer. De las cadenas privadas ya ni opino, ésas que se ocupen de dar los realities, el Sálvame y gilipolleces por el estilo.

Almaciguero Mayor.