domingo, 7 de julio de 2013

La procastinación del músico, del escritor, del enfermo


Cuántas veces hemos dejado para después lo que podíamos haber hecho antes. Cuántas veces le hemos tenido que dar la razón a nuestras madres cuando el tiempo se nos había echado encima, sin que pudiéramos hacer nada, viéndolo venir con paso firme. Yo mismo estoy escribiendo este artículo 2 horas antes de publicarlo cuando he tenido 7 días para poder hacerlo, y no es la primera vez. Semana tras semana impreco al Conde Chócula del pasado y rezo porque le salga soriasis en las corvas, porque al del futuro lo tiene escribiendo entre sudores fríos, sin darse cuenta a penas de qué dice y sin corregir ni pensar nada. Pero cojones, siempre hay una tarea menos desagradable, que causa un placer inmediato. Es por ello que vamos relegando las tareas que no nos reportan beneficios inmediatos, y realizamos las que más nos agradan. Aunque las tareas sean desagradables si no comportan una concentración demasiado dolorosa, o al menos no tanto como la de nuestra tarea principal e importante, la preferiremos. Somos puros y puñeteros procastinadores.

Las personas responsables son las que menos procastinan, aunque nadie se libra. Por ejemplo, al tener que entregar un trabajo lo van dejando hasta que ya no tienen más remedio que sentarse porque no les queda tiempo, y al final acaban trasnochando, pero sin vino.

Esto mismo que nos pasa a mí y a Monsieur le Tupé semana tras semana, no es menos que una enfermedad crónica que nos impide hacer un trabajo excelente mediocre, porque convertimos en norma una actitud que aislada supone una mera anécdota. Pero el procastinador procastina por necesidad biológica.

Esto tiene un efecto que vuelve desdichados a los músicos que no son capaces de ordenar su tiempo. Como en toda arte, la inspiración viaja y se cruza en tu camino casualmente. No previene la puntita, te la clava entera, y si el músico es un experto procastinador desaprovecha a las musas. La inspiración no tiene nada que ver con el relego de las tareas, pero sí con la dación morfológica desta. Cuando un músico sin papel ni lápiz está tocando, es presa de las emociones que manifiestan sus dedos, y es precisamente esta congoja la que le lleva a seguir tocando, a no perder ese momento. Esto provoca que esa música se pierda en el viento, porque la tarea desagradable de escribir lo tocado cuando se está disfrutando se pospone hasta que se olvida.

Imagino que los buenos músicos no son como yo. Imagino que escriben o graban todo lo bueno que tocan, pero creo que por culpa de esta enfermedad de vagos y maleantes se han perdido grandes piezas, y se seguirán perdiendo por mucha facilidad técnica que tengamos ahora.

¡Procastinad malditos! ¡El futuro es problema de otros!


Por Conde Chócula (Aresti)

2 comentarios:

  1. Jaja en el clavo Conde, si bien odio la palabra procastinación (por eso de que se puso de moda) pero creo que es para reflexionar la razón por la que no podemos concentrarnos a menos que tengamos una presión de la san puta como se dice por estos pagos.

    Yo de cierta manera soy músico y escritor (mantengo un blog http://blog.7notasestudio.com) y la verdad es que todo lo que comentás en este post se cumple al pie de la letra. Lo único eso si es que estoy tratando de ser menos tonto con los años y trato de grabarme cuando me propongo sentarme a componer.

    Entre otros consejos que doy es si no se les ocurre una letra: Balbuceen o canten cualquier estupidez en un inglés mediocre que eso sirve por lo menos al principio (nunca dije que traducirlo sería fácil).

    El otro consejo es que si quieren grabar un demo hagan una pequeña pista de bateria MIDI que puede servir de mucho.

    Y por último y no menos importante: No tengan miedo de robar, que si bien el robo literal esta mal es imposible crear sin inspirarse. De esta manera instruyanse en lo que quieren perfeccionar y haganlo a su manera.

    Por lo menos así lo hago yo, todavía no gané ningún Grammy pero eso se debe a que me tienen bronca jaja.

    Un saludo Javier.

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    Respuestas
    1. Me acabas de dar una idea. Yo soy estúpido, no sé hacer letras y me cuesta horrores crear una buena melodía. Llevo mucho tiempo preguntándole a amigos como hacen sus letras, pero deben ser genios y yo un paleto sin dientes porque ellos componen la letra con pluma de garza y tinta de unicornio sobre la canción o antes de hacerla. Me apunto lo del chapurreo, te falta hacer el programa que traduzca el chapuerro a una letra decente =P

      ¿Se puso de moda "procastinación"? jaja Gracias a satán a España no llegó =P. Debo de ser el único pedante.

      Si gano un Grammy te lo dedico xD

      Saludos!

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