Como cada día 31 de octubre, se festeja la nochevieja de los celtas, el día de las ánimas, el preludio al homenaje a nuestros muertos, pero también la resurrección de unos cuantos de los mismos; ahí están el Conde Drácula, Frankestein, Cristóbal Montoro y la panda de The Walking Dead para atestiguarlo: es el día de Halloween. Esta noche es muy esperada por mucha gente, por unos para encogorzar sus juveniles cuerpos y olvidarse de insustanciales problemas durante un tiempo, por otros porque al día siguiente es festivo y así pueden pillar un puente o incluso un acueducto que les permita evadirse mediante un viaje o similar. También está quien goza ya no de la noche, sino del día siguiente, el de Todos los Santos, para purgar sus pecados llevándole unas florecillas a quien ya pasó a mejor vida.
Por supuesto, aquí el día de Halloween es, no una fiesta nacional, sino una excusa más para cerrar los bares a deshoras, pero sobre todo para ofertar con la agresividad propia del mundillo publicitario y al modo de las navidades: ¡Pásatelo bien o no serás nadie! , ¡Disfrázate de momia o te convertirás en una! y cosas por el estilo sin ningún gancho que al abajo firmante se le ocurren conforme teclea estas líneas. Pero la cosa funciona del siguiente modo: a la peña de este, nuestro país, siempre le ha gustado el rollo yanqui de ponerse un disfraz, porque aquí somos muy de eso, así que las calles estarán plagadas de zombis y vampiros (de los de verdad, de los que acojonan como Christopher Lee, no como estos de hoy en día que son buena gente), pero al final la cosa se reduce a beberse cubatas como si te los fuese a quitar el hombre lobo y ya está. Pasión como fiesta no tiene mucha, se nota que no es de aquí.
Sospecho que en los Estados Unidos, donde se organizó este tinglado, la gente joven hará lo mismo que la de aquí, a lo mejor bebiendo incluso más, pero básicamente irá por los mismos derroteros. Sin embargo, y a lo mejor esto es una fantasía, sí que me imagino a los críos de allá ilusionados con lo de Halloween, realmente fascinados por la muerte y por sus esbirros, que si te pillan descuidado, se te llevan. Eso sí, con el soborno del truco o trato, porque esto al final es como lo de las procesiones, si eres un zagalucho y no hay caramelos o dulces de por medio, lo mismo te da ver las de Cartagena que las de Murcia, a lo que vas es a engullir azúcares varios.
Ya sin machacar de aburrimiento como suele ser habitual al sufrido lector, decir queda que en Estados Unidos las series de televisión, muy focalizadamente las de comedia, tienen cada año o cada x años su hueco para el llamado especial de Halloween. Es como el ritual en el que intentan volcar las mejores bromas, donde realmente hay un amplísimo abanico de opciones, pues jugar con toda la mitología de la muerte y los personajes de terror de toda la vida es algo que, en manos de gente con la suficiente gracia como Matt Groening, Seth Macfarlane o la gente de Pixar, te pueden garantizar risas sin igual, que para los tiempos que corren son de lo más agradable. He aquí varios ejemplos de contar la festividad de Halloween con un ingenio más que notable.
Los Simpson
Por todos sabido, es la serie de las series, quizá no la única, pero sí de las pocas que aunque hayas visto los capítulos 30 ó 40 veces, te siguen haciendo reír. El especial de Halloween es un clásico entre los clásicos que se ha ido repitiento cada año en su respectiva temporada con el título "La casa del terror". Hemos vivido auténticos momentos geniales y disparatados: El señor Burns personificado en el Drácula de Bram Stoker, Homer y su familia viviendo un apocalipsis zombie, el ayudante de mantenimiento Willy experimentando el "resplandior", Bart haciendo de Moisés gamberro, Ned Flanders dominando el mundo, la mano de mono que concede cinco deseos en manos de Homer, la jauría de delfines asesinos masacrando a los habitantes de Springfield, las mismas gentes que cantarían aquello de "A los monstruos no mirar". Una infinidad de momentos de los cuales es imposible quedarse con ninguno. Pero como novedad, tenemos que la intro del capítulo de Halloween de este año la realiza Guillermo del Toro y aquí la podéis ver.
El desfase que nos presenta el ya de por sí desfasado director es considerable: junta prácticamente todo lo que se ha hecho de terror o que haya tenido relevancia respecto al tema en un par de minutos, aparte de frikadas de su cosecha, incluida una referencia a otro especial de Halloween de los Simpson muy famoso. Vemos los Pájaros de Alfred Hitchcock intentando comerse a la señorita Krabappel, Stephen King, Edgar Allan Poe, Alien, El amanecer de los muertos, Drácula, Frankestein, La Momia, el Nosferatu de Murnau, incluso un representante de La parada de los monstruos. Tremendo.
Padre de familia
La serie que siempre estará a la sombre de Los Simpson, por no dar tanto como dio la familia amarilla, aunque los nuevos capítulos de Padre de Familia me hacen más gracia que los nuevos de Los Simpson. Y como buena copia de modelo de serie que es, ésta también tiene su peculiar capítulo de Halloween al estilo de Los Simpson, es decir, tres historias sobre sucesos extraordinarios que pueden dar más o menos miedo y que no tienen ninguna repercusión sobre la trama. Este capítulo es el nº 21 de la tercera temporada, y en él vemos a Peter perder los huesos por culpa de un genio que cumple sus deseos al pie de la letra, a la familia adquirir superpoderes como la transformación, la capacidad de hacer fuego, la súperfuerza/inteligencia/velocidad, excepto Meg, que sólo puede hacer crecer sus uñas rápidamente. Pero lo más simpático del capítulo es la parte en la que Peter y Quagmire compañía son pequeños y pretenden impresionar a Loise pasando una noche en una mansión encantada sin pasar miedo. No es un capítulo genial, como sí que lo son algunos de Padre de Familia, pero merece la pena para pasárselo bien, en especial la última historia.
Padre Made in USA
También de Seth Macfarlane, la serie protagonizada por el agente de la CIA Stan, no está en mis series de cabecera, es más, para ser una comedia no me hace especial gracia, pero sí que me gusta mucho este capítulo de Halloween (Sexta temporada, Episodio 3). Es un disparate tremebundo en el que el vecino de Stan, currante de efectos especiales, se monta una casa del terror de la ostia para impresionar al vecindario. Stan no puede permitirlo y con el consejo de Roger decide traerse material de primeras calidades para que el personal se haga de vientre al ver su casa. Más no diré, porque lo que acontece es demasiado bueno como para relatarlo aquí, eso sí, la historia secundaria del crío de Stan huyendo del hermano samurai de una japonesa del barrio, que acaba juntándose con la principal, tiene eróticos resultados. Los amantes del gore y de las barbaridades lo entenderán si lo ven.
Toy Story of Terror
Sólo con poner este título, los fanáticos no tienen que pensar que les estoy timando: efectivamente, Toy Story ha tenido para este año un cortometraje especial de Halloween que ha emitido la cadena americana ABC. Y, como cabía esperar de estos simpáticos amiguitos, tenemos una nueva aventura como las que siempre nos ofrece Pixar, llena de gracia, vitalidad y frescura. Como si de una película de terror al uso se tratase, un personaje bastante friki les relata a nuestros amiguitos las bases del cine de terror, lo que nos va guiando en el transcurrir de la historia que se nos cuenta. Si bien es un poco raro, porque la verdadera protagonista es la vaquera Jessie en lugar de Buzz o Andy, tenemos los mismos ingredientes de siempre, aunque en dosis menores: diálogos desternillantes, personajes la mar de majos, y la superación de estos adorables juguetes como bandera. No es una obra maestra como lo eran Toy Story 3, Up o Wall-e, pero sería injusto comparar este gran cortometraje con películas tan complejas y bonitas como las que he referido.
Grata es la sorpresa que se lleva uno al ver el especial de Halloween de Shrek. La gente de Dreamworks se lo ha currado bastante más que las dos últimas entregas del ogro verde, que eran más olvidables que otra cosa. Aquí podemos ver unas cuantos historias de miedo en lo que es una competición entre Shrek y sus amigos para ver quién se caga de miedo antes, pero lo gracioso del asunto es que uno de los relatos está protagonizado por la simpática galleta de jengibre y otro por Pinocho, conteniendo ambos varios momentos brillantes en los que la carcajada se convierte en la protagonista. Así que, señores de Dreamworks, sigan dándonos cosas así o como la reciente Los Croods, pero por mí que dejen al ogro morir en paz y se dediquen a otra cosa.
Hablar de Frasier recordando sus múltiples e inolvidables momentos es como paladear un buen jamón de bellota mientras se bebe uno un Jerez, al gusto de los personajes de la serie. Y es que Frasier es, por derecho propio una de las mejores sitcoms (sino la mejor) jamás hechas e indudablemente el mejor spin-off de la Historia. Quien no conozca las vivencias del locutor/doctor de la radio Frasier Crane, su hermano Niles y compañía, por favor, que consiga como pueda sus 11 temporadas (asalten a trabucazo limpio El Corte Inglés, si es necesario) y que prepare sus santas posaderas para una maratón tras otra; porque me es difícil encontrar otra serie con la que me lo haya pasado mejor, quizá Seinfeld. No obstante, para que mi consejo no caiga en saco roto, el interesado puede probar viendo el episodio de Halloween (temporada 5, capítulo 3), donde reside la prueba fehaciente de la genialidad de esta serie, con diálogos ingeniosos y los típicos enredos y malentendidos, hechos y resueltos magistralmente. No se la pierdan.
Modern Family
Si de sitcoms geniales hablamos, ésta probablemente sea la mejor de hoy en día, o por lo menos eso dicen los premios Emmy. De todas formas, viendo el primer capítulo, esta serie debe, como mínimo, captar nuestra atención con sus situaciones disparatadas, y sobre todo, por su compleja y extraña estructura familiar. En el capítulo de Halloween (temporada 2, capítulo 6), encontramos los pilares fundamentales de la serie: las manías de unos personajes , las burlas que hacen otros de sus parejas/hijos y las constantes meteduras de pata de otros. Además este capítulo no lleva el típico final con moraleja en el que todos se quieren mucho y esas cosas, sino que termina con una agradable risa para el receptor.
Community
Mucha gente me habla de esta serie, que si Community esto, Community lo otro, pero entre pitos, flautas y demás asuntos no he podido verla, salvo 3 ó 4 capítulos sueltos. Y cada vez que veo uno me digo, tengo que empezarla de una maldita vez, porque esto es sublime; un puñado de frikis haciendo barbaridades y con ingenio, no a lo Big Bang Theory con el Sheldon de turno que acapara todas las frases buenas, sino como una obra más coral, lo cual es de agradecer. En el capítulo en cuestión (temporada 2, capítulo 6) se organiza la típica fiesta de Halloween entre el personal universitario, pero de repente se inicia un apocalipsis zombie, donde los personajes se verán envueltos en las situaciones que millones de veces han visto en las películas. Lo mejor, sin duda el final, que nos confirma la mala leche que los creadores le han dado a esta curiosa comedia. Con el permiso de los Simpson, el mejor capítulo que he visto con Halloween como telón de fondo.
Almaciguero Mayor
El capítulo de Community del que hablas es bastante grande. TIENES QUE VER LA PUTA SERIE =)
ResponderEliminarIntentaré remediarlo lo antes posible, demasiada gente me quiere partir las piernas por no haberlo hecho. Y hasta que me funcionen, quiero conservarlas.
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