Y hace un año llegó Wallace

Hace un año, tal día como hoy, os daba la bienvenida bajo mi pseudónimo "Conde Chócula" en esta entrada "Benvinguts". Ahora vuelvo a releerla y me doy cuenta de que no han cambiado tantas cosas, pero sí que hemos evolucionado como " " "escritores" " ", y a esto último le pondría n comillas más porque no somos más que un atajo de ingenieros más veces lectores que inventores y un futuro picapleitos que a pesar de ser más feo que el culo de una mona quiere dedicarse a soltar falacias economistas. 

Sabemos que no celebramos nuestra vuelta al cobre como Dios manda y queremos enmendarlo. No vamos a regalar pelotas de playa ni sortearemos una cabra o apedrearemos un gallo como suele ser habitual en estas cosas, eso lo podemos hacer cuando vosotros querais, o mejor dicho, sea cuando sea que vengais a vernos estaremos haciendo eso, porque nosotros no escribimos, lo delegamos en nuestro amigo "Markov el escritor" mientras nos divertimos.

Excepto Almaciguero Mayor, la compra y venta de almácigas es un negocio en auge desde el año 1, un negocio que no descansa y que nuestro colaborador adoptó como modelo de vida, aunque en los últimos años haya tenido que soportar una dura competencia con los vendedores ambulantes de parterres. Cuan desgraciada será su vida que entre "mmmi" y "mmmi" exhortado por los caballeros que dicen "mmmi" ve como única vía de escape escribir cosas que le van pasando en su día a día como aquella vez que Cataluña casi se independiza, o aquella otra vez que asaltó el muro de Adriano o repobló de almácigas York tras la guerra de las dos rosas, historias que más tarde escribiría un gordo psicópata. Y con aquello de llevar cosas a la gran pantalla él comenzó a proyectarlas en las primeras pieles de cabra de la época.

Mientras tanto, entre apedreo y apedreo, Pepe puertas de acero, con su seriedad natural llegó a tener inquietantes ideas como la de la existencia de conjuntos matemáticos infinitos esta o incluso llegó a hablarnos de la teoría del caos, algo así como la vida de un informático virgen matriculado en un máster de indigencia. Sus artículos por desgracia no tuvieron el éxito esperado, quizá influyera que tras cada usuario que lo anduviese leyendo allí estuviera él, acariciándole la cabeza a una muñeca rusa de 12 años con la seriedad de una gárgola.

Por su parte, mientras Puertas de acero huía de la ley de protección de menores, Monsieur le tupé fue juzgado por alta traición al rasurarse la cabeza. El jurado estaba conformado por una gaviota, dos gallinas y un ocelote. El ocelote se comió a las gallinas y la gaviota al ocelote. Tras ello huyó por la ventana. El juez no tuvo más remedio que dar al reo por inocente, librándose de una muerte a pellizcos. Con la ley de su parte Monsieur (antes le tupé) se sintió más chulo que un cortapichas y escribió prácticos consejos sobre como conseguir un arma de fuego para cargarse a la suegra, más tarde se dedicó a dar su opinión aquí, aquí, aquí y aquí, cosa que a nadie le interesó.

Mientras tanto, en Pennsylvania, Murcia, el malvado editor, el Conde Chócula, organizaba maléficos planes para vender sus cereales de chocolate y ya de paso darle algo de promoción a su blog. Empezó escribiendo sobre vampire metal, blood metal, ajo metal y sarcófago metal. Como era de esperar fracasó, pero decidió no rendirse. Es por ello que viéndose atraído de una forma inexplicable por una mujer (debido a su falta de atributos tanto masculinos como femeninos) decidió escribir sobre sexo camuflado con música hasta en dos ocasiones. Pero eso no es todo, tuvo el valor de llamar a sus lectores idiotas por tener sus locales de ensayo llenos de hueveras cuando en realidad deberían insonorizarlos con corazones de vaca.

Gracias a Dios Markov arregló todas esas barbaridades y siguió llevando el blog estación por estación llegando de nuevo al otoño. Y es que queridos lectores estamos muy orgullosos de este proyecto que nos consiguió llevar en tan solo tres meses como finalistas a Madrid a competir con los grandes blogueros de toda España dejándonos un hueco en las historias que contar a nuestro gatos cuando seamos viejos, entre ellas la de como matamos a una jamaicano aquel día. Cada día es un pequeño logro seguir aquí y lo haremos hasta que nos pise un coche o bien, y con algo más de lógica, que dejéis de leernos. Así que no hagáis caso a los simpsons, a los monstruos sí mirar.

Si estás leyendo esto... gracias por todo... Y POR NO COMENTAR, HIJO DE PUTA.

Por Mente Enjambre.