lunes, 18 de noviembre de 2013

Cómo toman decisiones las empresas.


Se pueden explicar los mecanismos de decisión de las empresas como uno de los factores más simples y deprimentes de la lógica capitalista. La sencillez de su objetivo es abrumadora: el propósito de una empresa privada es el de generar la mayor cantidad de ingresos en un periodo de tiempo dado y nada más. Todo elemento de responsabilidad social corporativa se encuadra dentro del fin mayor de obtener el mayor dinero posible. ¿Formación de minorías, concienciación sobre el medio ambiente y políticas que fomenten la recuperación nacional? Puta mierda. A una empresa no hay nada más que le importe que el dinero que es capaz de conseguir. 

De hecho, ni la supervivencia de la empresa es un elemento inamovible en su formula por buscar el máximo beneficio: si una estrategia agresiva genera más ingresos durante dos años que una estrategia conservadora de medio siglo, pues la empresa dura dos años y luego a invertir en otra cosa. En serio, factores como el número de trabajadores, el índice de ventas, la calidad del producto son solo medios, muy lejanos de llegar a ser un fin en si mismo. Ningún inversor va a preguntar jamás cuantos trabajadores tiene una empresa, sino cuántos dividendos genera por año. 

Por supuesto esto es una exageración, luego resulta que son las empresas más estables las que terminan recogiendo mayores cantidades de dinero y que respetar las normativas es la mejor manera de crear imagen de marca, algo que toda empresa lucha por conseguir. Al final si que "el egoísmo individual lleva al beneficio general", aunque quizás no tanto como debiera.

En cualquier caso hay que comprender bien este principio para entender cómo funcionan las decisiones dentro de una empresa. Porque bien podría deciros como siempre, que toman decisiones como hijas de puta, porque son, básicamente, unas hijas de puta y hasta llevar razón. Pero algo de rigor académico le quitaríamos a esta sección y eso feo queda.  Además, tengo el párrafo perfecto para definir la situación, no solo por venir del Club de Lucha, que ya sería motivo suficiente, sino porque condensa con extrema precisión todos los matices necesarios para comprender las decisiones empresariales:

 Yo era perito de una empresa de automoviles, mi trabajo era aplicar la fórmula. Un modelo fabricado por mi empresa sale a una velocidad de 100 Km/h. La dirección se bloquea. El coche se estrelló y ardió atrapando a los que viajaban en él. Entonces: ¿Deberia llamar a la fábrica?. A se toma el numero de vehiculos de ese modelo, se multiplica por el indice de probabilidades de fallo, B, entonces se multiplica por el acuerdo económico acordado sin ir a juicio, C. A por B por C igual X . Si el resultado es menor del que costaría una llamada a fábrica, no la hacemos.

Y eso es básicamente todo: jugar con probabilidades, muertes y beneficio económico. Explicándolo con números, pongamos que hay un 10% de posibilidades de que uno de nuestros coches haga arder a sus pasajeros en un infierno de dolor y angustia, lo que nos costaría en un juicio una indemnización de 10 millones de Parabellums. Si vendemos diez coches, sabemos que uno va a terminar matando a alguien, por lo que tenemos asegurado un coste de 10 millones. Si vendemos veinte coches, serían dos accidentes y 20 millones y así sucesivamente. Vamos, se resume en multiplicar el número de unidades por la probabilidad de que fallen, por la indemnización que causan. ¿Y qué hacemos con ese valor? Compararlo con el coste de cambiar todos los coches.
  • Cambiar diez coches nos cuesta 8 millones. La indemnización probable es de 10 millones. Se cambia. 
  • Cambiar diez coches nos cuesta 15 millones. La indemnización probable es de 10 millones. No se cambia.

¿Y el valor de las víctimas humanas? 


Básicamente éste. 

¿No os habéis preguntado por qué las empresas papeleras siguen contaminando los ríos a pesar de las multas? ¿O por qué se infringe descaradamente las leyes de protección del consumidor? Solo se explica si se comprende que a las empresas les sale más rentable pagar las consecuencias de infringir la ley que obedecer a la misma.

¿Optimista eh?


Monsieur le Tupé. 


1 comentario:

  1. Como estás Adrián, llegué a este blog por medio de Javier (Conde Chocula) y realmente los felicito por el nivel que tiene.

    A título personal creo que lo que decís es cierto pero me gustaría de cierta manera extirpar un poco en la opinión el fenómeno de estudiante de ciencias económicas (quienes siempre tienen argumentos).

    Creo que la conciencia social no se contradice con el hecho de ganar dinero, el problema es que en un mundo donde las reglas las hacen los grandes maximizar ganancias termina siendo un juego sin reglas o con reglas impuestas por los que empezaron a jugar.

    Con esto quiero decir que el egoísmo o el beneficio personal para lograr el beneficio colectivo tienen un límite y ese límite en mi opinión se encuentra en miles de ejemplos:

    Quiero llegar rápido al centro: Me compro un auto.

    Miles de personas tienen el mismo razonamiento que yo.

    Resultado: Todos llegamos más tarde al centro por el tráfico generado.

    En fin, creo que el capitalismo explica solamente una parte del individualismo como manera de desarrollar el beneficio colectivo y por otro lado creo que el capitalismo muto para justificar las razones por las que tomamos decisiones: Con esto quiero decir que yo realmente no necesito una televisión HD (tampoco la tengo) y no necesito cambiar de celular/computadora/auto cada año sin embargo es en estas decisiones de consumo que se sustenta en gran parte el sistema.

    O sea con esto quiero ejemplificar que no somos ni egoístas ni genios del bien por naturaleza. Creo que existe un balance y la raza humana puede ser igual de hija de puta que de benigna por igual.

    El caso de los autos que contás lo vi en una conferencia del hijo de mil putas de Milton Friedman (entenderás que siendo yo de un país que tiene 30.000 muertes por la ideología de Friedman no me cae simpático) donde explicaba el razonamiento detrás de porque hay que analizar cada vida humana y asociarla a un costo. Sinceramente entiendo su punto y creo que es a raíz de ese tipo de razonamientos que a veces me causan rechazo algunos economistas.

    Te mando un saludo y sigan con la página que es muy buena.

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