viernes, 22 de noviembre de 2013

¿Hasta cuándo?



Hoy se ha podido desayunar con la noticia de que el Gobierno aplazará la presentación del borrador de la Ley de Seguridad Ciudadana temporalmente. A todos los que nos hemos leído lo que pretendían que fuera el texto de la nueva Ley perfectamente nos puede sonar a que por ahora han decidido no violar a todas las niñas de ocho años del país, y que ya verán si lo hacen más adelante. 

Hace ya mucho tiempo que me pregunto cuándo llegará el momento en que la crisis terminará de banalizar todo nuestro instinto de preservación, provocando que queramos meterle fuego a las cosas solo para ver como arden. Después de tantos palos solo quedará mandarlo todo, pero todo, a tomar por culo y que  la amenaza de "reformas restrictivas o la quiebra total" ya no tenga sentido. Como ciudadanía estamos tragando mucho, somos un pueblo históricamente permisivo con los malos gobernantes, pero ya empieza a ser inverosímil la impunidad con la que se rige este país. ¿Acaso no hay más opción a optar que entre la apatía y la Guerra Civil?

Cuando leí lo que pretendían hacer con la Ley de Seguridad Ciudadana lo primero que acudió a mi mente es que por este tipo de cosas es justificable quemar comisarías; y esto fue la opción tibia sin dejarse llevar por el espíritu radical. Dos días después no termino de considerar mi afirmación como exagerada (algo que en verdad me asusta). No quiero dejaros con la idea de que tengo un psicópata cabreado, inseguro y con un cuchillo romo en mi interior, así que os cito desde "huggingtonpost" lo que pensaban sería una buena forma de regular la realidad actual para ver qué sensación os da a vosotros. 

Grabar a agentes de Policía: hasta 600. 000 euros. La grabación y difusión de imágenes de agentes de las fuerzas de seguridad en el ejercicio de su trabajo que atenten contra el derecho a su honor o su imagen y que puedan poner en peligro su seguridad o la de la intervención policial correspondiente. 
Concentraciones ante el Congreso: hasta 600.000 euros.  Las concentraciones no comunicadas ante instituciones del Estado como el Congreso, el Senado, los parlamentos autonómicos o los altos tribunales, aunque en ese momento no tengan actividad.
Escraches: hasta 600.000 euros. Los escraches o actos de acoso a cargos públicos. La ley contemplará que la Policía pueda establecer un perímetro de seguridad que no deben sobrepasar los concentrados. 
Alterar el orden encapuchado: hasta 30.000 euros. Alterar el orden público encapuchado o con cualquier elemento que dificulte la identificación. 

Dicen esto y nosotros ni pestañeamos. ¿Es el momento de un poquito de acción, no? Retrasar la oposición a una serie de gobiernos que conducen el país a la ruina solo va a llevar a que se nos terminen acabando las vías ordinarias para reformar las cosas. Estamos renunciando a un futuro de cambios tranquilos, en comparación a lo que ocurrirá cuando el país, lleno de ruina y miseria, empiece a escuchar a los oradores bajos que gritan mucho y tienen sueños de grandeza. O echamos hoy todo lo que está derrumbando nuestro país o dentro de unas semanas nos parecerá lógico invadir Polonia como medida para solucionar el paro.

Os doy un ejemplo para aquellos que tengáis la virtud y desgracia de vivir en Murcia. No dejéis de ir, malditos. 



Monsieur le Tupé. 

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