domingo, 2 de marzo de 2014

Chris Stewart, el esquilador de ovejas que fue cofundador de Génesis y muchas otras cosas más

Por Conde Chócula (Aresti)


Es curioso como las historias llegan a las manos de uno. En momentos en los que la inventiva es nula y la ilusión es pasto de bestias puede uno encontrar bajo el refugio de la autodestrucción la historia que necesita. Esto, como en todas las artes, es un privilegio de los hombres tocados por el hado. Si bien uno es escéptico puede pensar que la historia en sí no es tanto como lo que evoca, máxime si al que le evoca, camina por derroteros de otros mundos. Es en esos idilios personales de la mente donde el ser pasional ordena al motriz que vaya y haga donde quisiere lo que quisiere, que represente o convierta en acto esa historia.

Viajemos pues a Inglaterra, con sus duquesos y marquesos, dónde el té jamás se sirve frío y dónde el mundo mira para dar las gracias entonando sus himnos. De allí han salido un buen puñado de los mejores grupos de la historia; si quieren corrijo y digo los más influyentes; pero fuese como fuere la mayor repercusión en la historia musical ha tenido acento británico. Uno de sus estandartes fue Génesis, un grupo que antes de volverse extremadamente homosexual participó de aquella ola que llamaron rock progresivo, y de qué forma. En este origen tan progre participaron 3 amigos: Peter Gabriel, Tony Banks y Chris Stewart. Nombres propios todos, excepto este último, el más particular y disparatado de todos y posiblemente el más verdadero.

Chris Stewart no pasará a la historia como el primer baterista de Génesis, aunque será siempre recordado por ello. Este buen hombre fue expulsado de la agrupación por ser malo. Dicho por él mismo:
"El grupo empezó a funcionar cuando yo me fui, mejor dicho, cuando me echaron, porque realmente tocaba fatal la batería, no al nivel que ellos necesitaban y se vieron obligados a echarme. " (Chris Stewart)
Esto fue una varapalo para él y por ellos decidió dedicarse 10 horas diarias a practicar la batería. Gracias a su esfuerzo se convirtió en un buen percusionista e ingresó en un circo como baterista y organista. Por si no fuese suficiente se hacía cargo del cuidado de los elefantes porque le encantaban. Poco después, con 21 años, fascinado por la agricultura intentó dedicarse a ella. Haciendo su sueño realidad tuvo una revelación, convertirse en esquilador de ovejas
"Esquilar ovejas era una pasada, el colmo de mis sueños. ¿Suena un poco raro verdad?" (Chris Stewart)
Aprendió tan noble oficio en los campos ingleses del que pudo vivir cierto tiempo trabajando en granjas de Suecia. Poco después abandonó el trabajo debido a la poca rentabilidad de esta práctica. Esto le hizo plantearse su vida día tras día. Bebiendo el poco dinero que le quedaba se topó con una amiga que le ofreció enrolarse en un barco rumbo a las islas griegas. Sin tener ni idea de navegación pisó cubierta siendo el patrón del navío. Este había sido un sueño romántico de su juventud que hizo realidad durante dos años en el que estuvo a punto de perder la vida. A lo largo de su travesía tuvo otra revelación, esta con tono oriental y viajó hasta China para hacer una guía de ruta de viaje. La quietud no existe en el vocabulario de este hombre, y sin en su día surcó los mares griegos y atlánticos, si un día caminó por la China cuaderno en mano esta vez quiso sobrevolar las tierras. Para ello fue a Los Ángeles y obtuvo una licencia de piloto de aviación. Entre sus logros también cuenta obtener un curso de cocina francesa.
 "Estuvimos 3 días inmersos en una tormenta a punto de perder nuestras vidas. Por suerte sobrevivimos. Es una experiencia que le recomiendo a todo el mundo. Bueno, estar a punto de morir en mitad del mar, pero sí que enriquece. Doy gracias por haberlo vivido, aprendí mucho" (Chris Stewart)

Stewart es reconocido internacionalmente por su best-seller "Entre Limones", un libro autobiográfico que cuenta las vivencias de un guiri en las Alpujarras, una de las regiones vírgenes que quedan en Granada. Hasta aquí llegó como muchos otros británicos amantes de la naturaleza e idiosincrasia españolas por el libro de Gerald Brenan, "Al Sur de Granada". Aquí se estableció y ejerció como esquilador de ovejas durante 30 años. Construyó su propia casa en mitad de la sierra, a la orilla de un riachuelo. Confía en el que el paisaje yermo disuada a los especuladores inmobiliarios. Chris Stewart se declara un firme defensor de la ecología. De hecho formó parte de la agrupación política de Los Verdes y se presentó como concejal por su partido al ayuntamiento de Órgiva aprovechándole como reclamo del voto guiri.

Ha escrito una trilogía con dos libros más que siguen la sombra de Entre Limones. Durante estos 30 años, además, ha aprendido a tocar la guitarra clásica.
"Intenté aprender flamenco. Pero me rendí. Soy demasiado payo. Así que al final aprendí jazz y clásico." (Chris Stewart)
Vive rodeado de naturaleza y además de pollos, ovejas, gatos, perros y un loro misántropo (Dios sabe qué diabólica clase de loro es esa). Como vive muy lejos del pueblo fabricó un horno de leña para hacer su propio pan. Además planea construir un ataúd de esparto en el que descansará 2 horas diarias para acostumbrarse al largo sueño.


A día de hoy, Chris Stewart, mantiene el contacto con Peter Gabriel y Tony Banks, este último llegó a visitarlo al lugar donde hoy vive. Le dolió dejar aquel grupo, pero hoy no queda nada de ese arrepentimiento. A pesar de lo alocado de su trayectoria se demuestra un hombre pleno al que no queda más felicidad que descubrir:
"Hay que aventurarse. Las decisiones que tomo las hago pensando en mi lecho de muerto, tumbado en mi lecho de muerte. ¿He aprovechado todo lo bonito de la vida? Ahora puedo decirme que sí, que he gozado un buen puñado de placeres. Con este pensamiento estaré contento de morir mañana mismo. No lo quiero, pero si llega estoy dispuesto." (Chris Stewart)
Quería contaros esta historia, tan fantástica como reveladora, en un principio absurda e hilarante. Este esquilador de ovejas, dueño de un loro misántropo, marinero, estrella del rock, cuidador de elefantes, organista, político, piloto, constructor y panadero podrá decirle a los que piensan que es un fracasado que vivió la vida más jodidamente extravagante y feliz que pudo elegir. Porque aunque los proyectos terminen la vida sigue y son muchos los que están por vivir.



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