Por Almaciguero Mayor.
[NOTA: este artículo NO contiene spoilers]
En los albores del nuevo siglo, la cadena televisiva HBO se propuso cambiar las reglas de las series de televisión para marcar una época y vaya si lo hizo. De entre las múltiples series de enorme calidad que nos ha brindado desde entonces, destaca el tridente de oro, los partícipes del podio, las series a batir de esta bendición norteamericana, que se llaman The Wire, Los Soprano y Deadwood. El orden que se les quiera poner es lo de menos, lo principal de ellas es su esencia de gran cine, la impronta que deja al espectador, encadenado a ellas desde el primer episodio y con una enfermedad incurable que consiste en devorar todos y cada uno de los capítulos que las forman para después echarse a llorar, consciente de haber vivido la grandísima satisfacción que otorga asistir al mejor cine. Guionistas, directores, actores, diseño de producción, ambientación, todo funciona a las mil maravillas para gozo del alucinado espectador. Seguramente sea demasiado pronto para poner a True Detective en esta ilustre familia de tres, pues sólo una temporada no basta para dejar una huella imborrable. O sí.
Porque, damas y caballeros, HBO lo ha vuelto a hacer. Cuando parecía que, a pesar de tener en pantalla series muy buenas como Juego de Tronos y Boardwalk Empire, no salía un proyecto marca de la casa dispuesto a revolucionar la televisión una vez más, se vuelcan con una cosita llamada True Detective, que responde a los principios de la cadena: echar los restos con una idea si esta rezuma calidad, si parece algo que se venda (o debería venderse) solo. Pero como siempre, trabajando de espaldas al público. El creador, Nic Pizzolatto, que hasta que llegué a esta serie, era totalmente desconocido para mí, propuso una idea atípica: encargarse él de los guiones de los ocho capítulos que conformarían la primera temporada, contratar un único director para los mismos, y dos actores conocidos. Director, Cary Fukunaga, actores Matthew McConaughey y Woody Harrelson. Con ese equipo se cerraría la temporada, y si el público respondía favorablemente, para la segunda temporada habría otra historia y nueva gente implicada en ella. O sea, este tío propuso hacer una película de ocho horas, HBO arriesgó. Y ha ganado.
Por mi parte, el subidón al conocer que la nueva serie de mi amada cadena iba a tener este formato tan novedoso, fue tremendo. Desde que se hizo oficial, me he pasado un año mordiéndome las uñas deseando que estuviesen todos los capítulos disponibles para su visionado (no soporto la agonía semanal de seguir una serie). O sea, que mis expectativas eran poco menos que altísimas, pero como felizmente ha pasado, han sido cumplidas. Mi sensación al ver cada uno de los capítulos de True Detective es la de estar asistiendo a algo único, de una calidad casi imposible de encontrar actualmente, salvo excepciones contadas, en una sala de cine, y que por supuesto te remite a los años dorados de HBO.
La historia que nos plantea True Detective es la de dos detectives que trabajan el caso de un asesino en serie relacionado con temas de sectas eclesiásticas, en la tenebrosa Louisiana de mediados de los noventa, un lugar en el que sus peculiares gentes e intrincadas marismas pueden hacerte pasar un mal trago. Ambos seguirán la pista del misterioso asesino en dos tramas paralelas, una que abarca desde 1995 hasta 2002 y otra que, echando cuentas por lo que dicen, está ambientada en 2012.
El punto de partida, cuando los protagonistas de todo esto reciben el caso, vemos cómo en un árbol en medio de una carretera alejada de la mano de Dios, hay apoyada una joven, totalmente desnuda, rodeada de símbolos extraños y con una corona de cuernos de alce en su cabeza. Imposible no acordarse viendo estas imágenes de la fenomenal serie Twin Peaks, de David Lynch, pionera en lo de hacer televisión de calidad, porque al igual que esta, True Detective tiene una atmósfera muy particular, un tono entre oscuro e inquietante que es absolutamente fascinante, amén de comenzar con el asesinato de una joven.
Pero si hablamos de referencias, la número dos sería la magistral película de David Fincher Seven, de la que True Detective absorbe mucho y muy bien, aparte de la idea de un asesino que no se sabe muy bien qué pretende y que desconcierta, la presencia imponente de dos actorazos a la altura de los personajes que interpretan. Por un lado tenemos a Marty, un tipo que aparenta ser el típico poli americano, padre de familia responsable y cumplidor con su trabajo, pero que oculta unos cuantos secretos que cree llevar bien controlados y que serán importantes en su evolución. Por otro a Rust, un tipo que la vida ha puesto en lo que se le da bien, investigar casos obsesivamente, con un don fuera de lo normal, pero que destaca por su faceta cinica y fatalista sobre el estado de las cosas. Si Marty es el mejor Woody Harrelson que hemos visto, Rust es llevado a la pantalla con chulería, nervio y pausa a la vez por este tío que nos está sorprendiendo a todos en los últimos años: Matthew McConaughey. Dos actores que están al mejor nivel interpretativo de los últimos tiempos, tanto en cine como en televisión, por lo que se me antoja complicado que vayan a encontrar una pareja de altura para la segunda temporada.
Ambos llevan la batuta de la serie, que si bien nos muestra un caso muy intrigante y que sólo a un mono ciego y con la rabia no interesaría, lo realmente imprescindible de True Detective es el arco narrativo que desarrolla con sus personajes. Ver cómo interactúan entre ellos con el paso de los 17 años que abarca la serie, los miedos de uno y escepticismos de otro que se van entrecruzando, es lo que me hace aventurarme para decir que la historia de estos dos se va a hacer inolvidable con el paso de los años, y claro está, que es de lo mejor que he visto a nivel de relaciones humanas en una pantalla. La camaradería, el conflicto, las conversaciones impagables, son muchos los momentos que van a perdurar en la memoria colectiva, a pesar de lo que algunos digan. Por lo visto el hype que ha generado la serie semana a semana ha sido tan acojonante, así como la expectación que han generado las diversas pistas que el guionista ha ido dejando, que al final, para unos cuantos, el final ha sido bastante olvidable. No es mi caso, creo que el final es un buen cierre, de los más acertados que he visto, gran broche a una temporada que nos deja un listón difícil de superar. Habrá que confiar en Nic Pizzolatto, igual que hace HBO, pero igualmente True Detective es un producto que sólo con 8 capítulos ha dejado marca . Lo demás da igual.
Que ganas entran de ver esa serie!! aunque solo sea para verificar tus apasionados comentarios, esperemos que no defraude! ;)
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EliminarTe aseguro que no te arrepentirás. Y te animo también a ver Twin Peaks, cuyo punto de partida es similar y posee además una atmósfera inquietante.
Eliminar¡¡¡Qué ganas de verla!!! Con esas referencias y la descripción empiezo hoy mismo :D :D :D ¿para cuándo crítica/comentario del "Gran Hotel de Budapest"? ^^
ResponderEliminar¡Increible! La crítica me ha gustado casi tanto como la serie. Para mi a sido unas de las mejores series que he visto últimamente, creo que ha sido muy acertado hacerla en 8 capítulos. No se me ha hecho nada pesada, al contrario, me he quedado con ganas de ver más. Aunque a pesar de lo que dice el artículo creo que un capítulo más para dar alguna que otra explicación hubiera sido perfecto!.
ResponderEliminarEs que son 8 películas de una hora que conforman un peliculón de 8 horas. Respecto a lo de las explicaciones no coincido, para mí es acertado como se llega al meollo, y sobre todo la secuencia final.
EliminarEs todo un placer y una sorpresa ver a un Matthew McConaughey lejos de los gimnasios y el bronceador en un serión de tomo a lomo como este, que te absorbe de principio a fin. Por otro lado y aunque estoy totalmente de acuerdo con la crítica, si es cierto que como a tantos otros, el final me resultó un tanto descafeinado, posiblemente porque los momentos que lo preceden son tan intensos que resulta difícil mantener el ritmo hasta el último instante. Una nimiedad sin embargo, que no cambia que para mí esta ya sea una serie imprescindible que recomendaría sin titubear. Esperemos que no la caguen con la segunda temporada porque la verdad es que con semejante debut va a ser complicado igualar a su predecesora. ¡Tengamos fe! :D
ResponderEliminarLo de la segunda temporada va a estar complicado, pero el autor ya ha dicho que va a ser la hostia. Y de un tío que se ha inventado todo esto, que tiene esa cabeza, me tengo que fiar.
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