Siempre he tenido el convencimiento de que si dedicas a buscar con suficiente ahínco entre los textos cristianos vas a poder encontrar la calificación como pecado a cualquier conducta que se te ocurra casi con la misma velocidad con la podrías encontrar un cura dispuesto a absolverte por ella. Me parece increíblemente meritorio que el catolicismo aguante cohesionado durante el paso del tiempo cuando parece que cada católico tiene su propia versión de cómo hay que vivir correctamente la fe.
Lo que es curioso, porque ajena a la aplicación práctica, el Vaticano cuenta con una sólido y preparado corpus legal, con un trabajo abismal detrás, donde establece las pautas mínimas que un católico debe seguir para que esté procesando la que dice ser su fe. Muchas veces nos dejamos llevar por nuestras experiencias personales, la gente que conocemos, a la hora de deducir qué se puede hacer y qué no si eres católico, o qué existe o no dentro de catolicismo, sin darnos cuenta de que el Derecho Canónico resuelve muchos de esos aspectos de manera tajante.
No creo que haya conocido en mi vida un católico que me haya dado una misma versión de lo que es el cielo, el infierno y el purgatorio. En el País Vasco me explicaron que sólo existe Dios, que no hay demonios, no hay lugares con la calefacción subida y que el purgatorio es una mera construcción intelectual. Hace una semana, 800 kilómetros más abajo, capté en una conversación que era muy importante conocer el nombre del demonio para que un exorcismo sea más fácil de realizar. ¿Existen o no existen los ángeles caídos? ¿Son uno? ¿Son muchos? ¿Al final qué pasa con el infierno? Porque
uno no termina de poder desprenderse de la sensación de que los católicos lo apagan y lo encienden con un interruptor cada pocos años.
Ocurre lo mismo si pretendes saber qué tiene que hacer un católico para actuar de manera correcta. ¿Se puede ser católico y no practicante? ¿Se admite la posibilidad de homosexuales católicos? ¿Qué actos religiosos hay que realizar obligatoriamente para encontrarse entre el club de fans del hombre con el sombrero blanco y picudo?
El 11 de Octubre de 1992, el Papa Juan Pablo II entregó al mundo el Catecismo de la Iglesia Católica, un texto de referencia que contiene una instrucción elemental respecto a la doctrina cristiana, conteniendo una exposición completa e íntegra de las reglas esenciales de la fe. El mismo, junto a sus posteriores actualizaciones,
se encuentra disponible en la extensa web del vaticano, cuya cantidad de contenido hace desear a cualquier que quiera indagar en ella que esto de la religión fuera un invento un poco más reciente. Este catecismo es de vital importancia, pues delimita quién puede considerarse católico y quién no (si no lo cumples, me temo que estrictamente estás probando suerte en el florido mundo de las desviaciones de fe).
Leerse este artículo de golpe es bastante parecido a dispararse un pie y luego echar sal, así que voy a dividir todas las cuestiones que me han parecido interesantes entre esta semana y la siguiente, bajo promesa de que si lo termináis entero os juro que aparte de tener las cosas más claras sobre la fe católica además os invito a una cerveza. Una cerveza cara.
¿Basta la sola luz de la razón para conocer el misterio de Dios? ¿Cuál es la plena y definitiva etapa de la Revelación de Dios? ¿Qué valor tienen las revelaciones privadas?
A pesar de que el ser humano puede conocer las verdades espirituales a través de su propia razón, encontrará para ello muchas dificultades y la imposibilidad en el caso de encontrarse ante los llamados misterios divinos. Para ello Dios envió a Jesucristo para que Él fuera su palabra definitiva y perfecta. Con su llegada la Revelación se ha cumplido plenamente, quedando el trabajo de la Iglesia en ir comprendiendo su alcance. ¿Existe la posibilidad de las Revelaciones privadas? ¿De las manifestaciones divinas individuales? Sólo si las mismas ayudan a vivir la fe de acuerdo con las orientaciones de Cristino. "La Iglesia no puede aceptar aquellas revelaciones que pretendan superar o corregir la Revelación definitiva de Cristo".
Esto explica la prohibición católica de la existencia de nuevos profetas. A pesar de que las personas pueden llegar a la correcta fe de manera limitada de forma privada, necesitarán de la interpretación de la Iglesia para no perderse y que la misma sea válida.
¿A quién corresponde interpretar auténticamente el depósito de la fe? ¿Cuándo se ejerce la infalibilidad del Magisterio?
Relacionado con lo anterior, si establecemos que un católico no puede interpretar correctamente su fe sin ayuda de la Iglesia, o que en cualquier caso su interpretación sería errónea si contradice las enseñanzas de Jesucrito que esta fija ¿Quién ha de interpretar de forma válida las Escrituras? "La interpretación auténtica del depósito de la fe corresponde sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, es decir, al Sucesor de Pedro, el Obispo de Roma".
La palabra del Papa es Ley para los católicos. Suya es la correcta interpretación de las enseñanzas de Jesucristo y no se puede ser católico más allá de las interpretaciones infalibles del Papa (si puedes ser, en cambio, cristiano). "Todo fiel debe adherirse a tales enseñanzas con el obsequio de la fe".
¿Qué significa la afirmación "fuera de la Iglesia no hay salvación"?
"Toda salvación viene de Cristo por medio de la Iglesia. Por lo tanto, no pueden salvarse quienes, conociendo la Iglesia como fundada por Cristo y necesaria para la salvación, no entran y perseveran en ella" Quitando a las personas que hayan cumplido con corrección los mandamientos católicos, pero el desconocimiento de la existencia de la Iglesia les haya permitido entrar en ella, no basta ser una buena persona para ascender al cielo.
Esta es una creencia bastante extendida referida a los ateos y religiosos no practicantes: si viven de acuerdo a los deseos de Dios el reino de los cielos también estará abierto para ellos. Pues no, lo siento, se tiene que hacer reserva previa.
¿Puede la razón humana conocer, por sí sola, el misterio de la Santísima Trinidad?
Esto es importante: la mayoría de cristianos reconocen la Santísima Trinidad y es el punto de completa discordia entre el Judaísmo, el Islam y el Cristianismo. La principal diferencia irreconciliable que ha promovido bastantes incendios a lo largo de la Historia. Todo católico debe aceptar el misterio de la Santísima Trinidad para ser considerado católico y de entre los cristianos, sólo los Testigos de Jehova no creen en la misma. ¿Que pruebas dan entonces las Escrituras para aceptar este misterio?
Más allá de indicios, nada, nos encontramos ante el primer y más importante misterio. Quiero decir, Dios se forma en una Santísima Trinidad porque Dios se forma en una Santísima Trinidad. Está más allá del entendimiento de la razón discernir porqué y su aceptación entra de lleno en los actos de fe.
¿Por qué Dios permite el mal?
Cosas de la vida, siempre pensé que el mal estaba permitido en base al libre albedrío del ser humano, pero estaba equivocado. "La fe nos da la certeza de que Dios no permitiría el mal si no hiciera salir el bien del mal mismo". El mal existe porque de él también se extrae el bien, que es el objetivo máximo de la creación. Personalmente esta forma de encarar el problema me parece bastante significativa y digna de reflexión.
¿Quién es el responsable de la muerte de Jesús?
Esta forma de verlo ha cambiado significativamente con el paso del tiempo, ya que actualmente "la pasión y muerte de Jesús no pueden ser imputadas indistintamente al conjunto de los judíos que vivían entonces, ni a los restantes judíos venidos después". Jesucristo fue el redentor de todos los pecadores, vino a salvar a la humanidad, siendo el hecho de que los judíos fueran responsables de su muerta una consecuencia indirecta e insignificante. Se acabo lo de "asesinos de jesucristo" y demás.
¿Qué se entiende por cielo? ¿Qué es el purgatorio? ¿En qué consiste el infierno?
"Por cielo se entiende el estado de felicidad suprema y definitiva".
"El purgatorio es el estado de los que mueren en amistad con Dios pero, aunque están seguros de su salvación eterna, necesitan aún de purificación para entrar en la eterna bienaventuranza".
"La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios".
Tiramos aquí de la ruleta de la incertidumbre, admitiendo las más variadas posibilidades de interpretación sobre la proporción de azufre y de pezuñas de cabra en cada lugar. Si bien es cierto que el cielo sería permanecer junto a Dios y el infierno permanecer alejado de él.
¿Hay salvación posible sin el Bautismo?
"En cuanto a los niños que mueren sin el Bautismo, la Iglesia en su liturgia los confía a la misericordia de Dios". Así que si, es un bulo que aquellos no bautizados van eternamente al purgatorio. Éstos se colocan a decisión y arbitrio de Dios.
¿Qué significa transubstanciación?
"La conversión de toda la sustancia del pan en la sustancia del Cuerpo de Cristo y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su Sangre". "Sin embargo, permanecen inalteradas las características sensibles del pan y del vino". Oséase, que no, la Iglesia no cree que los alimentos se transformen de manera real (qué fallo para los seguidores de V de Vendetta).
¿Qué es un exorcismo?
"Tiene lugar un exorcismo cuando la Iglesia pide con su autoridad, en nombre de Jesús, que una persona o un objeto sea protegido contra el influjo del Maligno y sustraído a su dominio". Se practica de modo ordinario en el rito del Bautismo. El exorcismo solemne, llamado gran exorcismo, puede ser efectuado solamente por un presbítero autorizado por el obispo.
Termino la primera parte con este concepto que para mi ha supuesto una verdadera sorpresa: ¡la doctrina oficial de la Iglesia reconoce la existencia y necesidad de exorcismos!. Estamos hablando que admite que los demonios puedan tener una influencia directa y patente sobre las personas, fuera de figuras metafóricas, y que la misma pueda ser repelida por los siervos de Dios. Siempre había pensando que la influencia de Lucifer era más bien teórica, siendo la base del pecado el libre albedrío humano; pero a esto hay que añadir la acción más directa de las hordas sin aire acondicionado.
Siendo sincero la religión católica me parece un poquito menos seria con eso.
¡Y hasta aquí la primera parte! Ya hemos reventado el pie de un balazo, sólo queda echarle sal la semana que viene.
Monsieur ahora otra vez le Tupé.